Se acaba el año y ningún pez gordo en la cárcel; ¿quién los protege?

Javier
Javier Duarte y su gabinete
- en Avenida Principal, Carrusel

Termina el 2016 y ningún pez gordo ha caído en la cárcel. Tal pareciera que la impunidad sigue reinando en el estado de Veracruz. Vicente Benítez, el rey de las maletas voladoras, de verdad que ya se siente legislador; Deantes con un amparo bajo el brazo anda muy campante en los restaurantes de la capital; Édgar Spinoso se codea con el Jet Set veracruzano, se siente protegido por las naves que devolvió y unas propiedades que se había adjudicado.

Carvallo, Mota y Abdalá se refugian en el fuero que les concede su diputación federal; Gina Domínguez y Alberto Silva tragan gordo al saber que van sobre ellos, aunque como van las cosas, sólo les están dando tiempo para fugarse o preparar un amparo.

La sensación que queda en la sociedad veracruzana es que el Gobierno Federal o el sistema priista, como quiera usted llamarle, está protegiendo a estos rufianes. Además, ya no se menciona a los diputados que salieron de la LXIII Legislatura, al principio de su salida se pensó que se les fincaría responsabilidades; se recordará que éstos sólo sirvieron como tapete y peones del Nerón veracruzano.

Pero lo peor de todo, la fallida captura de Javier Duarte es una burla y una afrenta para todos los veracruzanos. Desgraciadamente, la sangre no ha corrido al río, ninguna cabeza ha caído, no por venganza, sino por simple justicia y esa no aparece por el estado de Veracruz.

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