Sin lugar a dudas una de las grandes exigencias de la ciudadanía en Veracruz (además de ver a Javier Duarte en la cárcel) es la seguridad. Los dos últimos sexenios la inseguridad ha sido el pan de cada día para muchas comunidades en el norte y sur de Veracruz. Desde Pánuco hasta Coatzacoalcos los asesinatos, asaltos, secuestros y extorsión se elevaron considerablemente hasta el grado de que la gente lo veía ya como parte de su cotidianeidad; no hay nada peor para una población que acostumbrarse al crimen.
Ante ese reclamo es plausible que entre las primeras acciones de gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares esté el combate al crimen. La tarde del domingo 11 de diciembre el gobernador presentó «el Operativo Zona Petrolera y Citrícola del Norte de la entidad veracruzana, en el que se sumarán todos los esfuerzos del Estado Mexicano para combatir la delincuencia y responder a la demanda más sentida de los veracruzanos, que es vivir seguros y en paz». En este operativo participarán de manera conjunta el Ejército, la Marina, la policía federal, la policía estatal y por supuesto las fuerzas del orden de los municipios.
Habría que acotar que los ciudadanos han perdido la confianza en las instituciones locales, policía estatal y local, pues hasta hace poco los miembros de estas fuerzas se coludieron con los delincuentes, algunos trabajaban directamente para los delincuentes. Sería bueno que uno de los primeros pasos de este operativo sea detectar a los policías que se unieron a las bandas delictivas; porque si no, van a barrer afuera pero la casa seguirá estando sucia.
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