Ahora resulta que Javier Duarte, el prófugo, será un verdadero gilipollas pues pretende burlar la justicia mexicana con la nacionalidad española. Y es que cualquier ciudadano extranjero que haya residido en España durante un tiempo determinado puede obtener la nacionalidad ibérica. Para la concesión de la nacionalidad española es necesario que ésta haya sido legal y de forma continuada y haya durado al menos, 10 años.
En el caso de las personas que hayan obtenido asilo o refugio será suficiente el transcurso de cinco años y se exigirán dos años en el caso de nacionales de países Iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal o los sefardíes.
Sin embargo, si usted hace una buena inversión en bienes raíces, también puede obtenerla. Según la Ley de Emprendedores, si usted compra una casa con valor de 160 mil euros, desde el 2012, ya puede usted ser español. Eso no es ningún problema, su hermano y Duarte mismo aparecen como socios en un hotel de gran lujo. Además, en Madrid, Javier Duarte es dueño de un departamento en el barrio de Salamanca, con valor de 40 millones. Por cierto, según la Real Academia Española, la palabra gilipollas se define como necio, estúpido y obcecado.
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