Duro le dieron a Benítez Obeso durante su comparecencia ante los diputados del Congreso local. Por supuesto el reclamo al secretario de Salud fue mayor por lo que la salud ha significado para las familias veracruzanas. Durante los sexenios de Fidel Herrera y Javier Duarte los servicios de salud en el estado se han convertido en un mito. Los hospitales sufrieron un gran desabasto, un saqueo enorme y un dispendio brutal por parte de funcionarios sin escrúpulos que se enriquecieron haciendo negocios con una vileza inhumana.
Vaya como ejemplo el caso de los medicamentos para los niños con cáncer que, de acuerdo con reportes periodísticos, fueron comprados a las empresas de los Beceiro, y que resultaron ser puros placebos. Lucraron con el dolor humano y eso es un crimen. Recientemente se descubrió la compra de 70 mil pruebas falsas para detectar el VIH, Sida. Muchas de las personas que se hicieron la prueba pudieron tener resultados negativos siendo que eran positivas, teniendo como consecuencia la posibilidad de más contagios; eso también es un crimen.
En su defensa Fernando Benítez le echó la culpa a Toño Nemi, acusándolo de haber comprado 834 millones de pesos de medicamentos duplicados, muchos de ellos a punto de caducar. Si Benítez Obeso hizo la acusación está obligado a mostrar las pruebas. No le vaya a hacer como Nemi Dib, quien dijo haber denunciado ante la PGR muchas anomalías en su paso por la Secretaría de Salud, pero hasta el momento nadie ha visto nada.
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