Los que se lamentan y los que se regocijan con la muerte de González de Alba

González
Luis González de Alba FOTO: YOUTUBE

Señalética CementerioLa muerte de Luis González de Alba ha generado una fuerte polémica sobre la transición de un hombre que militara en la izquierda y que terminara justificando las atrocidades de un gobierno de derecha. Luis González de Alba fue activista en el 68, formó parte del Consejo General de Huelga por lo que pasó dos años encarcelado en Lecumberri. Su trabajo literario no es muy abundante; destacan de entre sus obras: Los días y los años, Y sigo siendo sola, Olga y el sol de la tarde.

El domingo 2 de octubre, como fecha simbólica, González de Alba, según pesquisas de la policía, tomó un arma calibre .25 y se pegó un tiro. Unos lamentan la muerte del escritor, otros se regocijan con la muerte de un hombre que se atrevió a decir lo siguiente sobre los padres de los jóvenes desaparecidos en Ayotzinapa:

«Los padres se niegan a ver las evidencias porque eso implica volver a la milpa, al trabajo: se acabaron las caravanas de autobuses de primera clase, los hoteles, las recepciones como héroes»; “Los padres de los normalistas muertos ya no dan lástima: se debe tener un ladrillo en la cabeza para “salir a buscar a sus hijos cuando el gobierno federales ha enterado con datos y declaraciones que sus hijos fueron asesinados, carbonizados y arrojados al río San Juan»; «¿No trabajan esos padres de normalistas? Van a Chilpancingo, al DF, a Chiapas a que los del EZ les den un abrazo porque hijos nada más Jesús de Nazaret, y no hay telegrama de su próxima venida».

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