La quiebra de Veracruz tiene dos culpables principales: Duarte y el Congreso de Callejas

Juan Nicolás Callejas Arroyo

Señalética saludoEl juicio de la historia es severo, no perdona. Cuando se hace referencia histórica de Nerón, nos viene a la mente un mandatario locuaz y disoluto. De igual manera, cuando se habla de Judas Iscariote, nuestro cerebro lo asocia con lo más bajo de la traición. La historia documenta y juzga lentamente, pero cuando emite su juicio casi siempre este es inapelable.

Cuando se hable de Javier Duarte, este nombre será sinónimo de dispendio y corrupción. De igual forma cuando se mencione a la LXIII legislatura, esta referencia será sinónimo de complicidad y sometimiento. Todas las cuentas se las aprobó, es más, hasta dinero del Congreso fue a parar en la bolsa del Ejecutivo. Todo con la complacencia del amo de llaves Juan Nicolás Callejas Arroyo.

Nadie, absolutamente nadie se enfrentó al Nerón veracruzano. Sólo algunos cuantos avezados lo hicieron recibiendo como premio el oprobio de sus compañeros diputados. Veracruz está en quiebra total, el poder Ejecutivo estuvo seis años en manos de un personaje torcido y avieso, Duarte quien nunca escuchó a sus asesores, jamás respetó los tratos, no tuvo palabra.

Se esperaba que el poder Legislativo fuera el fiel de la balanza, que le pusiera un alto al Ejecutivo, pero no lo hizo, al contrario, como una fiel e interesada ramera se dejó seducir por el poder del dinero. Hoy las consecuencias son severas, los veracruzanos sufrimos las consecuencias y la culpa no es sólo del gobernador alicaído, tuvieron mucho que ver los diputados de su partido junto a la cofradía de partidos satélites que estuvieron pegados como rémoras.

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