Quienes estuvieron cerca de Carlos Hank González lo describen como un hombre suave y sereno en su trato, conocedor del alma humana, atento, solidario con sus amigos, dadivoso incluso con sus enemigos y sobre todo un gran visionario. Este maestro logró desde el magisterio escalar al poder político y forjar el poder económico no solamente para su familia, sino también para su grupo que hoy mantiene en el poder a Enrique Peña Nieto.
En Veracruz los líderes sindicales, distribuidos en más de 20 agrupaciones magisteriales, y los encargados de la SEV, siguen la premisa del difunto Hank González: un humilde maestro que llegó hacerse rico gracias a las componendas políticas rezan «político pobre, es pobre político».
Hoy Veracruz tiene una Secretaría de Educación en banca rota, los políticos trepadores acabaron con ella; sus recursos fueros desviados para campañas electorales y para beneficio de sus propios familiares. Sería bueno que el gobernador electo tomara en cuenta los antecedentes de los nuevos funcionarios de la SEV. Por eso, si usted se da una vuelta a las casitas donde viven estos políticos sindicales, no se sorprenda encontrar derroche y, por cierto, mal gusto en sus construcciones.
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