Disculpen ustedes la confusión, pero es que no hay ni a quién irle entre este par de cretinos. Uno de ellos por no tener dignidad, por mostrarse como un mandatario tibio que no tiene el valor, vaya ni la intención, de defender el honor del pueblo mexicano. El otro porque trata de buscar institucionalizar una dictadura mediante un proceso democrático; quiere ser presidente de los Estados Unidos para ver qué se siente mandar al diablo a todo el mundo.
Por supuesto que Donald Trump no se iba a disculpar por los insultos en contra de los mexicanos, por supuesto que Peña Nieto no le iba a exigir disculpas. Antes bien el candidato republicano acudió a Los Pinos a espetarle en la cara a Peña Nieto su imbecilidad, a decirle que México va a pagar el muro que piensa construir.
Esto último lo confirmó en Phoenix, Arizona en donde declaró: «Construiremos un gran, alto, fuerte y hermoso muro en la frontera sur y México pagará por él al 100 por ciento. No lo saben aún, pero lo harán. Tienen grandes líderes y personas, pero igualmente tendrán que pagar».
Si eso no es burlarse del presidente mexicano, si eso no es burlarse del pueblo mexicano, si eso no es ser cretino, entonces no sé qué lo será.
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