Tal pareciera que el de la “mala vibra” en la delegación mexicana en los Juegos Olímpicos de Río 2016 era Alfredo Castillo, el titular de la Comisión de Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), pues de acuerdo a una nota publicada en el portal de Proceso, el funcionario federal había regresado a nuestro país para reunirse con el secretario de Educación, Aurelio Nuño, y rendir cuentas por los escándalos que se dieron durante la celebración de esta justa deportiva.
Y es que desde que Castillo dejó suelo carioca, empezaron a caer las medallas para los atletas mexicano: dos de plata con María del Rosario Espinoza en taekwondo y Germán Sánchez en clavados desde la plataforma de 10 metros, y un inesperado bronce para Ismael Hernández Uscanga en pentatlón moderno, que se suman a la plata de la marchista Lupita González y al bronce de boxeador Misael Rodríguez.
Ya con este panorama, se puede calificar como una buena participación de la delegación mexicana en los juegos de #Río2016, pero mérito sólo para los atletas mexicanos y sus entrenadores; las autoridades encargadas de administrar el deporte en México sacan una mala nota, pues se encargaron más en vacacionar y en pelearse con todo mundo que en apoyar a los deportistas. Ahora tendrán que rendir cuentas, y muchos presagian ya el fin de Alfredo Castillo al frente de la Conade, a la que mucho daño hizo.
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