Y la señal llegó

Señal
Enrique Peña Nieto
- en Opinión

Luis Ramírez Baqueiro / 

“La duda es principio de toda sabiduría.” – Aristóteles.

Tic, tac, tic tac.

El paciente en terapia intensiva, parece entrar en los estertores que anuncian el final, la administración estatal de Javier Duarte agoniza, y con ella, las esperanzas de salvar la honra, el prestigio, y cuando más el recurso mal habido.

La negativa a entender el lenguaje del Sistema Político Mexicano, llegó a su clímax, cuando en entrevista en horario estelar, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, hecho por tierra las versiones de un posible acuerdo para salvar el pellejo de alguno de los al menos tres gobernadores priistas que estarán a unas horas de ser expulsados de su instituto político para después, entonces estar en posibilidad de aventar toda la maquinaria judicial y hacendaria para cobrar cara la osadía de sentirse en posibilidades de reclamar si quiera algo, al jefe de las instituciones del estado mexicano.

Y es que la desesperación por salvar lo insalvable, algunos han elucubrado que la victoria lograda por el panista Miguel Ángel Yunes Linares obedeció a un acuerdo consensado con el propio responsable de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; cosa absurda, pues sería el primer responsable de la serie de errores políticos que acumularon la derrota de su partido el PRI, misma que los pone en la antesala de la alternancia en el 2018, frente a un mesiánico Andrés Manuel López Obrador -que claro, no explica ¿cómo es que el mismo acumula una riqueza inexplicable?, que le da para viajar por el mundo y darse lujitos que ni soñando muchos mexicanos podrán algún día darse-que sueña con convertir a México en una dictadura socialista a favor de los pobres de México.

De igual modo, la más reciente envestida mediática emprendida por el titular del Ejecutivo Estatal, que implicó presentar denuncias a diestra y siniestra ante la Fiscalía General del Estado, PGR, y demás contra el gobernador electo, habría tenido como principal objetivo, buscar que el presidente Peña Nieto, los convocará a una reunión en la que sentados ambos gobernadores, frente al Ejecutivo, acordaran detener sus ataques, y garantizar su salida, aún a costa de poner a todo el gabinete tras las rejas, siempre y cuando el logrará impunidad.

En las últimas horas, circuló otra más de las tantas y tantas versiones que aseguraban que si se habría dado un dialogo entre el primer mandatario de la Nación y el gobernador Duarte de Ochoa, en su más reciente visita a la entidad el pasado jueves 11 de agosto, y en la que se esboza la megalomanía institucionalizada que enfrentamos los veracruzanos los últimos casi seis años.

Según cuenta la escena, el mandatario veracruzano, en tono envalentonado habría recriminado al presidente Peña Nieto, la osadía de abandonarle a su suerte, dejando que la jauría de inquisidores -casi ocho millones de veracruzanos, nada más- se atrevieran a criticar el exacerbado priismo desde la misma dirigencia de su partido, tras los señalamientos de Enrique Ochoa Reza, quien claramente obedece a los designios del presidente de México, así como el enfriamiento evidente que le dio al pisar territorio veracruzano en un acto de la Armada de México.

Aunado a ello, pareciera que la consigna de responsabilizar de las cosas a otro en México es practica adherida al ADN social, pues no sesgo, dice la versión, en recriminar de la derrota al ex candidato priista Héctor Yunes Landa, por emplear mal la estrategia.

A pesar de ello, las versiones terminan por desmoronarse todas, al ver y escuchar la declaración del presidente Peña Nieto, quien aplicará la guadaña tanto para gobernadores y ex gobernadores priistas, panistas y perredistas en la que quizá será la más grande acción para sancionar la corrupción de la que se tenga memoria.

El hartazgo social es tal, que de no atender el llamado expresado en la urnas, así como la aplicación de un severo castigo a través de la aplicación irrestricta de la justicia, los mexicanos estaríamos en la antesala de un estallido social de proporciones no vistas desde el Movimiento Cristero de 1926-1928, y si no lo creé, voltee solo a ver el mapa social del sur de México, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Morelos infiltrados por el hampa y con la gente en las calles, una combinación de ingobernabilidad exacerbada, que acumula presión cual olla express a punto de estallar.

Quizá en esto de la política las coincidencias, dirían algunos no existen, pero coincidentemente el responsable de expulsar a los priistas en desgracia será nada menos que el nieto del último presidente que tuvo que enfrentar un gran estallido social en México, Plutarco Elías Calles, así el reclamo y presión sobre el secretario de Justicia Partidaria del CEN del PRI, Fernando Elías Calles va en aumento, pero tras la señal que llegó, seguramente, habrá de iniciar los procesos.

Sextante

Curioso que familiares cercanísimos al mandatario Javier Duarte, convoquen a conclaves consanguíneos de urgencia con todo y abogados para revisar el turista mundial o el Monopoly y preguntar si alguno de los países ahí plasmados no cuenta con juicio de extradición con México. ¿por qué la duda, nos preguntamos?

Al tiempo.

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