¿A quién extraña que un presidente como Peña Nieto, casado con una mujer como Angélica Rivera, tenga unas hijas y entenadas como las que andan exhibiendo a nivel internacional como unas prepotentes y malcriadas? ¿Qué ejemplo les ha dado el padre, qué ejemplo la madrastra y madre? Ellas por supuesto que se dieron cuenta del escándalo de la Casa Blanca, del encubrimiento que fomentó el padre y del descaro de la madre y madrastra al intentar regañar a los mexicanos diciendo que su casa era producto del sudor de su frente.
Claro que ellas se disputan las portadas de las revistas del corazón con la madre, y quieren salir lo mejor vestidas. Claro que ellas se están dando cuenta de los caprichos de la Gaviota que se toma fotos con los amigos en ciudades veraniegas y que deja que tipos que no son su padre le paguen los impuestos de sus propiedades. Claro que ellas veían las telenovelas de la madre y madrastra en donde simulaba muy bien revolcarse en la cama con los actores de Televisa.
Claro que las hijas de Peña Nieto saben que ese “principado” artificial sólo les va a durar otros dos años y después de ello el carruaje se les volverá calabaza, los caballos ratones y los cocheros reptiles y ellas volverán a ser lo que siempre han sido, unas chamacas insulsas que lo único que tienen es dinero.
Por eso, ¿a quién extraña que un presidente como Peña Nieto, casado con una mujer como Angélica Rivera, tenga unas hijas y entenadas como las que andan exhibiendo a nivel internacional como unas prepotentes y malcriadas?
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