La rebelión del SAS

SAS
Sistema de Agua y Saneamiento de Veracruz / Foto: lavozdeveracruz.com
- en Opinión

Luis Ramírez Baqueiro / 

“No hay malas hierbas ni hombres malos; sólo hay malos cultivadores.” – Víctor Hugo.

No cabe la menor duda que para que una buena obra se destruya, solo falta la buena voluntad de un mal político.

Esa fue la sentencia que enfrenta el Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano de Veracruz (SAS), un organismo que tiene un costo en libros cercano a los 25 mil millones de pesos entre bienes muebles, inmuebles y por supuesto en cartera –que no vencida- pues simplemente era la responsable de abastecer del vital liquido a una población cercana a los dos millones y medio de habitantes.

Y es que la zona metropolitana de Veracruz, Boca del Río, Medellín –y anteriormente Alvarado, Jamapa, Manlio Fabio Altamirano- pertenecieron al sistema que fue la fuente de miles de familias, que hoy literalmente han quedado en la calle, a capricho de las dos peores administraciones estatales de la historia, así como con la complicidad de alcaldes y directores del mismo SAS que resultaron unos verdaderos hampones.

Y es que las manifestaciones de repudio, expresadas en la toma del Palacio Municipal del Puerto, así como la toma de las instalaciones de bombeo del Tejar y otros puntos, son la muestra más evidente, del repudio, por cansancio y hartazgo.

A la presente administración estatal, le resultó un magnifico negocio concesionar el sistema a una empresa brasileña sumamente cuestionada en su país y que mantiene al propio propietario Marcelo Odebrecht, tras las rejas, purgando una condena de 19 años de prisión por corrupto, por pensar que al amparo del dinero se puede sabotear la voluntad popular y operar impunemente cualquier clase de negocio.

Pero como esa lección no les alcanza algunos, gustosos se gastan los millones del erario de Veracruz, en propiedades en el extranjero, en la compra y conformación de consorcios empresariales, que ni a los mismos empresarios veracruzanos les hubiera alcanzado el tiempo para conformarlos, pero basto ser secretario de Despacho en la entidad para lograrlo.

Otros, como el ex director del mismo SAS, José “Pepín” Ruiz, se carcajean de la sociedad, a sabiendas que el ya labró su destino, forrado en billetes, tendrá el dinero suficiente para heredar al menos a tres o hasta cuatro generaciones, sin siquiera sudar las posaderas.

Qué más da eso y más, si se ha tenido el ejercicio pleno del pinche poder, como aseguraba el mentor de esta generación perdida, podrida y con una alta dosis de cleptomanía, como la que nos heredo el pro cónsul de Barcelona.

Y es que cuales integrantes de las cortes romanas, los Nerones y los Calígulas han proliferado en la entidad, a pesar de ello, la voz de un valiente legislador como Cuauhtémoc Pola Estrada se alza para señalar que la supuesta extinción del SAS, es un acto violatorio y atentatorio del derecho, mismo que podrá llevar a juicio político al propio alcalde de Veracruz, Ramón Poo Gil y al alcalde de Medellín, Luis Gerardo Pérez Pérez.

Quienes piensen que el saqueo desmedido de nuestro estado quedará impune, créanme, se están equivocando, la guillotina comenzará por primera vez a cortar de tajo las cabezas de los nauseabundos funcionarios que a su paso dejan un aló y un hedor idéntico al de las cañerías de las calles del antiguo Puerto Jarocho.

Las ratas han comenzado a saltar, pero el veneno ya está puesto… será cuestión de tiempo para que surta el efecto.

Al tiempo.

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