Javier Duarte, el vándalo agresor

Vándalo
Javier Duarte recibió en Palacio de Gobierno al grupo de los 400 Pueblos de César del Ángel
- en Carrusel, Investigación, Opinión

Armando Ortiz / Si Javier Duarte pensó que mandando a los 400 Pueblos evitaría que Miguel Ángel Yunes asistiera al Congreso del Estado para exhortar a los diputados a que meditaran bien su voto referente a la selección del Fiscal Anticorrupción, se equivocó. Ahí estuvo el gobernador electo acompañado de Ricardo Anaya y de Santiago Creel. En su mensaje a los medios, Yunes Linares insistió en cumplir su promesa de encarcelar a Javier Duarte y a los responsables del quebranto financiero en Veracruz.

Ahí estuvieron también los 400 pueblos, ese grupo de vándalos que ha estado siempre al servicio del gobernador Duarte. Tan al servicio de Duarte está este grupo que el hijo de César del Ángel, líder de los 400 pueblos, fue impulsado por el gobierno para ser diputado local en la Legislatura que fenece.

Han sido muchas las pruebas que muestran la connivencia de este grupo de choque con el gobernador saliente. El mismo Erick Lagos, secretario de Gobierno en algunos años del sexenio duartista, hasta sacaba su mesa de diálogo para demostrar que dicho grupo tenía toda la complacencia del gobierno. El entonces procurador Luis Ángel Bravo recibía en su oficina a César del Ángel a pesar de que sobre él pesaban varias denuncias por agresiones en contra de periodistas. Reynaldo Escobar, también procurador en el sexenio duartista se contrató con ellos para ser su asesor jurídico.

Es por ello que la afirmación que hace Miguel Ángel Yunes Márquez de que el enloquecido Javier Duarte mandó a los 400 pueblos a agredir a su padre está sustentada por los hechos.

En un video que nos hiciera llegar nuestro reportero, se advierte la agresión de los campesinos que integran este grupo de choque en contra de la camioneta en la que se movía Miguel Ángel Yunes Linares, Santiago Creel y Ricardo Anaya. La agresión fue alrededor de las tres de la tarde, en la calle Encanto, cerca de la entrada del recinto legislativo.

Los vándalos de César del Ángel primero acorralaron a Yunes y compañía cuando se dirigían a su vehículo. Les lanzaron objetos varios, les gritaron, los insultaron. Cuando ya se encontraban en su camioneta los agresores les lanzaron piedras y tabiques, rompieron los limpiaparabrisas, el medallón de algunas camionetas. Asimismo agredieron a los ayudantes que acompañaban a Miguel Ángel Yunes Linares. En grupos de diez, de manera cobarde, agredían a quien solicitaba mesura. Cobarde el líder contemplaba complacido los desmanes de su horda.

Por supuesto los elementos de Arturo Bermúdez Zurita nunca se hicieron presentes para resguardar la integridad del gobernador electo y de sus acompañantes. Arturo Bermúdez sabía lo que sucedería, pues desde muy temprano se advirtió de la llegada de este grupo del choque que regularmente es utilizado para este tipo de acciones vandálicas; sabía que estaban esperando el momento para agredir y sin embargo no hizo nada para garantizar la integridad del que será el próximo gobernador de Veracruz.

Cabe mencionar que el gobernador Javier Duarte siempre les dio el abrazo de complacencia a este grupo de vándalos. El mismo candidato del PRI a la gubernatura, Héctor Yunes se hizo acompañar de ellos en alguno de sus eventos y hasta dejó que le levantaran la mano en carácter de vencedor.

A Javier Duarte sus huestes se le salieron de control, a menos que la orden de él fuese que de tener oportunidad lo agredieran. En todo caso Javier Duarte es el verdadero agresor. Es momento de que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, tome cartas en el asunto.

Por cierto, algunos medios a pesar de las evidencias en donde queda clara la agresión de los 400 pueblos en contra de Miguel Ángel Yunes, se atreven a calificar de trifulca el hecho. Una trifulca por definición es una discusión, o en todo caso una pelea en la que intervienen tres o más personas, con diferentes opiniones. En este caso sólo hubo un agresor y no hubo respuesta por parte de los agredidos, de modo que no fue una trifulca. ¡Por favor no se quieran pasar de listos!

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