Luis Ortiz Ramírez / A tres años de que el gobierno federal echara a andar la camaleónica reforma educativa, esta se encuentra muerta, es más, nació muerta. El error grave del gobierno federal fue que no tomo en cuenta a los principales personajes del ámbito educativo; a los maestros.
Otro error del gobierno federal, fue poner al frente a un funcionarios que no cuenta con la experiencia ni con la visón cosmogónica de las escuelas del país. Un funcionario, al que le resulta más fácil pasar la historia como un hombre con puño de hierro, cubierto con un guante seda, no puede funcionar, se requiere un hombre con carácter, abierto al diálogo y a la propuesta, un político de altura que haga política de altura.
La brutal represión contra los maestros del sur del país, las imágenes donde resalta, el uso de gases lacrimógenos, los escudos, toletes y las balas de goma, ya resultan familiares. La condena mundial a los métodos antimotines del gobierno mexicano, comienza a manifestarse, las simpatías hacia los rebeldes maestros mexicanos se hacen evidentes, los mismos padres de familia se unen al magisterio disidente. El Gobierno Federal queda a los ojos del mundo, como un Estado Totalitario, que se opone a la libertad de expresión y a la libertad de libre tránsito.
Los medios de comunicación minimizan las grandes manifestaciones, la feroz campaña de odio, pinta a los maestros como maleantes que sacan y obligan a los indefensos niños a marchar; otro día los ponen como maestros insensibles que rapan a los opositores al movimiento; de flojos y revoltosos no los bajan.
Sin embargo, los medios, el gobierno federal y la sociedad enajenada, confunden la lucha por la justicia y dignidad, no saben lo que significa trabajar en condiciones deplorables, muchos maestros que están marchando, caminan largas horas para llegar a su aula; un cuarto con tablas y un hoyo con una tabla al centro como letrina. Casi siempre tiene que compartir su lonche, con sus alumnos, niños que solo llevan una taza de café y una tortilla untada con sal y manteca, y eso si bien les va.
La OCDE equivoca el rumbo con México, sus recomendaciones estandarizadas chocan con una cruda realidad. Las 32 entidades federativas son muy diferentes, es un mosaico pluricultural que requieren planes y programas específicos, escuelas con pupitres viejos, maestros mal pagados, autoridades politizadas, y sindicatos supeditados al poder en turno.
Dentro del caudal de errores que ha cometido el Gobierno Federal, es la subestimación de la capacidad de organización y sobre todo de resistencia de los maestros, agrupados a la CNTE. Olvidan que gran parte de la historia se forjo en el sur de este país.
La cerrazón gubernamental, hostigada por Aurelio Nuño Mayer, su habla de niño yupi al oído de su amigo el presidente, ha dado como resultado una manifestación de grandes magnitudes que amenaza con extenderse a al centro y norte del país.
La reforma educativa, propuesta por los organismos internacionales, languidece de resultados positivos, la dichosa evaluación docente, no solo ha sido la más cara del país, sino de todo el mundo. El traslado de policías federales por vía terrestre y aérea, su manutención alimentaria, hospedaje y salario, hace que la evaluación docente tienda en muy poco tiempo a desaparecer.
La represión brutal tiene que parar inmediatamente, tiene que haber mesas de negociación y dialogo en las 32 entidades federativas. Se requiere voluntad de las dos partes; más del Gobierno federal que le ha apostado a la represión.
La reforma educativa nunca va aterrizar, nunca habrá resultados positivos, mientras se deje de lado a los maestros. El equipo de Peña Nieto debe de entender, que el tiempo se le acaba, ya llevan más de la mitad de gobierno, y aún no ha funcionado, una reforma que nunca fue consensuada con los principales actores educativos.
Por eso, mediante este espacio exigimos que cese inmediatamente la represión de maestros mexicanos, que enarbolan, el fin de una reforma que nació muerta.
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