Héctor Yunes, a salvar el PRI

Demonios
Héctor Yunes Landa FOTO: WEB
- en Opinión

Luis Ramírez Baqueiro / 

“La disciplina es la parte más importante del éxito.” – Truman Capote.

Tras la debacle sufrida por el Revolucionario Institucional el pasado 5 de junio, habrá de comenzar una tarea titánica de reconstrucción al interior de este instituto político si en realidad se tiene intenciones de recuperar la gubernatura en 2018.

Héctor Yunes Landa, no es por ningún motivo el responsable de la derrota, el por el contrario es la muestra del verdadero capital priista que debe trabajar para recuperar el terreno perdido y sobre todo potencializar la honradez y el decoro político por encima de las poses y actitudes suicidas de quienes ahora detentan el efímero poder.

La derrota priista tiene nombre y apellido, Javier Duarte es junto con todo el sequito de balandronados funcionarios –que no políticos, pues de ello carecen de todo- los responsables directos de tan doloroso descalabro, a ellos habrá que castigar y perseguir desde el mismo PRI, con el objeto de llevarlos ante la justicia en aras de recuperar la credibilidad institucional perdida.

Aun cuando en palabras del propio politólogo Juan Schuster Fonseca en Veracruz no deberá aplicarse una “purga” estilo el periodo de la Rusia Socialista de Stalin, el priismo si deberá purgarse contra la bola de alimañas que se treparon en los últimos 12 años del peor priismo del que se tiene memoria en la entidad.

Personajes que hoy ven en el PRI un botín controlable deberán ser vigilados con sumo cuidado, casos como el del dirigente de la CNC, Juan Carlos Molina sobre quien pesan sus pretensiones gansteriles de tomar el control del partido en sus vanas ambiciones de manejarlo a su antojo, deberán ser coartadas por quienes verdaderamente si responden a un proyecto de nación y no a un grupo de malandrines.

La mira de los verdaderos priistas deberá estar fija en atajar el 2017 y su proceso electoral de renovación de las 212 alcaldías de la entidad, en donde el principal enemigo a vencer será el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus mesiánicas propuestas de frijol sin gorgojo.

El PRI y Héctor Yunes deberán estar llamados a convidar de esta tarea a los pocos políticos que se identificaron con su candidatura y con el modelo priista de renovación, convidando a la militancia, a los verdaderos priistas y, dejando fuera a los niños fieles encabezados con Erick Lagos, Jorge Carvallo (que dicho sea de paso, ya fueron a ponerse a las órdenes de Miguel Ángel Yunes, antes de que la guadaña corte las cabezas de los culpables de la crisis de Veracruz), Edgar Spinoso, Vicente Benítez, Tarek Abdala, Manuel del Castillo, Gabriel Deantes, Alberto Silva Ramos, Adolfo Mota, Noemí Guzmán, Gina Domínguez, que más que fortalecer al partido lo hunden con su ínfima presencia.

Es el momento de cerrar la filas, de sumar a Pepe Yunes, a Ricardo Ahued, Américo Zúñiga Martínez, entre otros para encargarse de preparar lo que viene, que es el salvamento del partido o su derrota anunciada desde este momento.

Héctor Yunes y su Alianza Generacional deberán ser la punta de lanza para intentar recuperar el tercer bastión priista del país, y el tercer volumen electoral de importancia de la nación.

Porque debemos insistir, Héctor Yunes no perdió en las urnas, el en cualquier otro momento seguirá siendo un estupendo candidato, pero a lo que está llamado en este momento es a recuperar al Partido que le dio mucho a Veracruz y que por culpa de unos cuantos, hoy se perdió.

Al tiempo.

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