Con la derrota de PRI, la victoria del PAN en alianza con el PRD, el rechazo a los partidos políticos satélites, y el fortalecimiento de Morena, ha quedado muy claro el valor del voto ciudadano. Los partidos políticos ofrecieron su oferta ciudadana a los electores que se encontraban en un estado de desilusión y disgusto contra un gobierno corrupto, insolente y frívolo como lo ha sido el de Javier Duarte.
Dentro de estos actores, los maestros jugaron un papel fundamental para la victoria y la derrota de algunos. El magisterio veracruzano salió sin ataduras, miedos o amenazas a votar por su propia preferencia. Los actores políticos deben considerar que sin el voto magisterial, difícilmente hubieran alcanzado una curul o la misma silla del gobierno.
Los nuevos diputados y el nuevo gobernador deben tener en sus agendas las necesidades de los maestros. Hoy el magisterio busca una política abierta y sin intermediarios con las autoridades. Busca tener voz y voto en las decisiones que afectan a la escuela, padres de familia y a sobre todo a los alumnos.
Esta situación también es un llamado de atención a los diversos líderes sindicales que se vieron rebasados por sus agremiados. Seguramente el nuevo gobernador deberá tomar en cuenta las voces de los maestros, sean éstos sindicalistas o disidentes.
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