Luis Ortiz Ramírez / Si el Gobierno de Enrique Peña Nieto, todavía le tenía consideraciones al SNTE, estas se seguramente se acabaron. Los desastrosos resultados electorales de este pasado 5 de junio, dejan en la orfandad a los líderes sindicales. Se suponía que los maestros deberían de votar por el PRI, sin embargo no fue así. En algunos estados, como en Veracruz, uno de sus aliados, el PANAL, no alcanzo ni el 3 por ciento.
Históricamente el SNTE ha formado parte del entramado de apoyo sindical al PRI destacando que este gremio, debido a la función social de sus integrantes, ha sido un actor clave en la promoción del voto a favor del partido del gobierno.
Hoy lloran su amarga derrota. Como verdaderos mercenarios, los secretarios seccionales de todo el país, ponían a los maestros como moneda de cambio. Todavía en el tiempo de la Maestra Elba Esther Gordillo, esta ofrecía al mejor postor su fina maquinaria de movilización política, lo cual le generó entre 2006 y 2010 más de 100 legisladores locales, estableciendo alianzas, según la circunstancia en cada entidad federativa, con todos los partidos políticos nacionales con registro e incluso con algunos partidos de carácter estatal.
Por instrucciones de los seccionales el SNTE tenía presencia en las contiendas electorales, las acciones de proselitismo, representación ante los órganos electorales, coordinación de campañas políticas, ser candidatos o incluso líderes del partido, eran muy comunes. El SNTE y sus maestros, expertos en cochupos electorales, durante décadas estuvieron a la orden del PRI.
Esta relación perversa pero efectiva les permitió a los líderes sindicales tener representantes en municipios, en congresos locales y especialmente en el congreso federal.
Para muestra esta Veracruz, durante décadas el poder omnímodo ha descansado en una sola persona: Juan Nicolás Callejas; este raído y duro líder sindical ha sido 5 veces diputado local y federal, casi todas en forma plurinominal, durante décadas, su alianza con el PRI le ha redituado jugosos dividendos, por su sometimiento y lealtad al tricolor le entregaban cientos de candidaturas para presidentes municipales, síndicos, regidores, diputaciones, algunas plurinominales para sus cercanos.
En la oficina de la SEV (Secretaría de Educación de Veracruz), la mano que ha mecido la cuna, desde la gobernación de Dante Delgado, ha sido la de este líder sindical, los nombramientos desde la Secretaria de Educación, hasta las subdirecciones han pasado por el escritorio de este tótem sindical.
No obstante, hoy el destino ha alcanzado al SNTE. Existe verdadera preocupación en la cúpula sindical. El Comité Ejecutivo Nacional, sabe que en el terreno de la política el sindicato necesita mantener sus espacios, de ello depende su influencia con los maestros.
Es un hecho que después de la Reforma Educativa los cambios y continuidades en su operación se definen en la Presidencia de la República y en ambas cámaras federales; los líderes del SNTE se sostienen principalmente por el apoyo del gobierno en turno.
En este sentido, el sindicato magisterial requiere, a pesar del retroceso electoral de su tradicional aliado, el PRI, mantener sus espacios de representación política en las legislaturas estatales y el Congreso de la Unión, con todo, el SNTE pierde representación en los congresos del país. Es más, el partido turquesa, 100 % de hechura magisterial, no pesa en los Estados del País.
Con esta derrota, donde el PRI pierde el 54 % del control del país, el SNTE no sale fortalecido.
Al SNTE le quedan dos alternativas, o se mimetizan de azul como lo hicieron con Calderón y Fox, o se la siguen jugando con un partido que es recipiente del encono y enojo de la sociedad mexicana.
No la tiene fácil el ogro magisterial, los gobernadores y señores del poder saben que aliarse en estos momentos con el SNTE, pudiera restarle simpatías con los cientos de miles de maestros que votaron en contra de los consideran traidores del magisterio.
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