¡Veracruz sangriento!

Madame
Balacera en el Bar Madame de la ciudad de Xalapa
- en Opinión

Luis Ramírez Baqueiro / 

“Se puede engañar a todo el mundo, ¡pero no a la verdad!” – Gorski M.

Quienes recuerdan a Fidel Herrera tras su paso en el Gobierno de Veracruz, recordarán que el famoso Tío tenía una extraña manía, producto de un accidente que casi le costará la vida y en donde como consecuencia del mismo el color rojo, lo obsesionó.

El mismo Herrera Beltrán confesaría durante una entrevista que esta manía sobrevino tras encontrarse bañado en sangre, tras el percance automovilístico que casi le costaba la vida, provocándole la percepción de que su visión se diera palabras más, palabras menos, en rojo, la otra parte de la historia la conocemos todos. A donde llegó su obsesión que los taxis dejaron de emplear sus tradicionales colores que les identificaba por ciudad para uniformarlos a todos a lo largo y ancho del estado.

Su obsesión llegó al extremo de pintar el mismísimo Palacio de Gobierno, para exhibir la plenitud del pinche poder.

Pero traigo esto a colación, porque desde ese gobierno el rojo llegó para quedarse.

Tan solo este fin de semana, los veracruzanos pudimos observar con horror que el rojo que produce la sangre volvió a colorear las calles de la entidad, la serie de actos delincuenciales ocurridos tanto en el puerto de Veracruz, en Xalapa, Orizaba, en San Andrés Tuxtla, Minatitlán, Coatzacoalcos, Poza Rica, son la evidencia que el proceso electoral preocupa y ocupa al aparato de estado, ya los agoreros habrían predicho que la violencia se apoderaría de las calles del estado.

El riesgo de que la sociedad no salga a votar el próximo 5 de junio como consecuencia del terror que producen profanar Iglesias como la Santa Rita de Casia en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río, aun cuando en el interior oficiaba el mismo obispo Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, es la muestra clara de que en la realidad los planes y las tramas elaboradas no les servirá para conservar la plaza.

El ataque al Bar “Madame” de la capital, raya ya en la barbarie, y demuestra que el presidente Enrique Peña Nieto, deberá tomar acción directa pues la ausencia de autoridad y el declinar de la ley, colocan a la población al filo del delito y en la sombra ominosa de la impunidad, pero valdría recordarle al mismo presidente, que la indiferencia de su parte es también un crimen, por lo que su gobierno es corresponsable de lo que ocurre en Veracruz.

Ahora nos cuestionamos, ¿Quién hará justicia en Veracruz? ¿Cómo habremos de actuar para acabar con esta ola de violencia, cuando el mismo gobierno actúa complacientemente?

La respuesta está en la participación ciudadana el próximo 5 de junio, ahí en el interior de la mampara al momento de cruzar su voto, valdría la pena de recordar toda estar serie de afrentas, y con ello, reflexionar si desea usted seguir viviendo con terror.

Porque mientras sigamos actuando pasivamente, se mantendrá el Veracruz sangriento que hasta ahora lastima, indigna y ofende.

Al tiempo.

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