Luis Ramírez Baqueiro /
“Tuve por maestro a la desgracia y me ha servido de mucho.” – Confucio.
Por increíble que a usted le parezca Veracruz dejó de ser la entidad que lo tiene todo, al hablar de la bonanza y la oportunidad que por décadas representó, a la entidad que le aqueja todo, para desgracia de todos, la entidad paso de ser el primer lugar nacional en muchos rubros económicos a ocupar los últimos lugares de todo.
La alerta y alarma la da el hecho de que de las 32 entidades del país, el Veracruz que mandata el gobernador Javier Duarte, presenta un decrecimiento económico, de menos 2.1% solo detrás de Campeche quién acumuló el menos 8.1% y por debajo de Tabasco que acumula menos 0.1%.
Aun cuando al inicio de su administración Duarte de Ochoa afirmaba que durante su administración habría crecimiento, de empleos formales, de productividad, de inversión, un combate frontal contra la pobreza y la desigualdad, la realidad dolorosamente es otra muy distinta.
Según el portal de Internet www.mexicocomovamos.mx el “Veracruz que ya cambio” enfrenta cifras de alarma y alerta.
Veracruz ocupa la posición 21 de las 32 entidades federativas en ingreso per cápita por entidad al acumular 104,017 pesos por debajo de la medida nacional que es de 136,214 pesos.
Así en materia de crecimiento económico la entidad ocupa el sitio 29 de 32 con un 1.6% por debajo de la media nacional que alcanza el 2.9%.
En desigualdad laboral, las cifras también exhiben la realidad lacerante, ocupando el lugar 21 de las 32 entidades con un índice Gini – el índice de Gini mide hasta qué punto la distribución del ingreso (o, en algunos casos, el gasto de consumo) entre individuos u hogares dentro de una economía se aleja de una distribución perfectamente equitativa- de 0.412 por el 0.401 nacional.
Cuando nos referimos al tema de pobreza laboral, la entidad continúa reportando datos de alerta, pues ocupa el lugar 27 de 32 con un 53% de población en pobreza, por encima de la media nacional que acumula un 42%.
Para darle cabida a la población que se va incorporando a la población económicamente activa, Veracruz tendría que generar 74,700 empleos formales al año. Solo ha generado el 15% de la meta, 11,590 por año –y por ahí anda un candidato que promete crear 95 mil empleos formales en un año, por favor-, a pesar de ello, la gente se tiene que emplear, así que si no lo hace en el sector formal, busca opciones en el informal. Y el caso veracruzano lo demuestra.
En el discurso citado, el gobernador actual mencionó que se emprendería “un esfuerzo sin precedente de desregulación, que facilite la apertura de nuevos negocios y genere un ambiente propicio para el crecimiento y la expansión de los empleos formales en la entidad”. Cinco años después, Veracruz es el segundo estado en el que más ha aumentado la informalidad, después de Guerrero. En el 2010, la tasa de informalidad respecto a la población ocupada era de 56.9%, hoy es 61%.
No sorprende, entonces que el ingreso de los veracruzanos no haya mejorado. Durante los últimos 5 años, los ingresos laborales de los veracruzanos han disminuido en términos reales 11.7%, lo que ha repercutido en mayor pobreza. Veracruz pasó de tener al 49.1% de su población sin poder adquirir la canasta alimentaria en 2010 a 53% en 2015. Hay más de 4 millones de personas en situación de pobreza, aproximadamente 482,009 más de las que había en el 2010.
En el mismo discurso, el gobernador también habló de la productividad y de sus planes para incrementarla, como crear vínculos entre las PYMES y las grandes empresas y políticas de desarrollo en el sector agrícola. La productividad laboral de Veracruz pasó de $459 a $543 por hora trabajada, un incremento de $85, mientras que el aumento a nivel nacional fue de $99 por hora trabajada.
Un estudio a nivel industrial en Veracruz (Zafra, Petersen y Lopes, Enhancing Productivity Growth in Southern Mexico: the Cases of Oaxaca and Veracruz, 2014) encontró que Veracruz tiene una productividad laboral superior a la nacional en algunas industrias complejas, como la industria química, manufacturas a base de metales básicos, y generación y distribución de energía; pero mantiene industrias intrínsecamente no productivas que dificultan el crecimiento de su productividad laboral total.
Las finanzas públicas también han empeorado. En la actualidad, Veracruz es el tercer estado con mayor monto de deuda, después de la Ciudad de México y de Nuevo León. La deuda que Veracruz tiene registrada con la Secretaría de Hacienda aumentó de 21,500 a 45,880 millones de pesos de 2010 a 2015. Como porcentaje de su producción, la deuda pasó de representar el 3.1% de su PIB, a 5% en esos cinco años.
Bajo este escenario, los veracruzanos nos preparamos para acudir a las urnas el próximo 5 de junio con la esperanza de que los ciudadanos elijan a un hombre con compromiso y resultados reales, la única solución a este entramado y complejo escenario la encontraremos acudiendo a votar, de lo contrario, habrá vencido la pasividad y la indiferencia.
Al tiempo.
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