15 de mayo, Día del Maestro en México; ¿hay algo qué celebrar?

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Día del Maestro en Mëxico
- en Opinión

Luis Ortiz Ramírez / Se quiera reconocer o no, las condiciones de violencia institucional provocadas por el gobierno federal, contra los maestros mexicanos, mediante la aplicación de una reforma laboral disfrazada como educativa, están desalentando al magisterio y disminuyendo dramáticamente su desempeño. Las directrices que manda la OCDE, la UNESCO y el Banco Mundial, son aplicadas al pie de la letra por el titular de la SEP; Aurelio Nuño Mayer.

Además, los maestros ya se dieron cuenta que la defensa timorata y cobarde de los líderes sindicales sobre los derechos laborales, son pura simulación. Se han dado cuenta que estos sátrapas, especialmente los del SNTE, solo procuran cuidar sus propios intereses. Los mismos líderes sindicales saben que el corporativismo es el contexto que los mantiene vivos ante la presencia del jefe del ejecutivo. No obstante estos cabecillas, olvidan que cuando dejen de ser útiles al sistema, serán desechados como papel higiénico.

Desde el 2013 y luego del encarcelamiento de la maestra Elba Esther Gordillo, el control sobre los maestros en la mayor parte del país, pende de alfileres. El SNTE está desfondado, su guía, Juan Díaz de la Torre, no sabe ejercer el poder como su antecesora. La moneda de cambio que el SNTE, siempre había ofrecido al poder en turno, ha perdido su valor. Los maestros comenzaron a rebelarse al látigo sentista, cuando se percataron de que habían sido vendidos y traicionados con la aprobación de una reforma que al hacerse pasar como educativa, nació espuria desde su nacimiento,

Los maestros mexicanos están a la buena de Dios, han perdido certeza en la permanencia, todavía en algunas instituciones cuando los trabajadores se jubilan, pueden dejar la plaza a sus hijos, los maestros ya no pueden. Además, cada último viernes de cada mes, el magisterio tiene que estar recibiendo cursos obsoletos y tediosos, llamados CTE.

Todavía, en el colmo del cinismo, el secretario general del SNTE, dice que peleara a muerte un aumento del 3 por ciento; vaya desfachatez, si el aumento de la gasolina y la inflación de la canasta básica, pulveriza el pírrico aumento salarial en un instante.

Lo que es un hecho inobjetable, es que las condiciones de los maestros en México son intolerables. Ejercer el magisterio, ahora mismo, significa hacer un sacrificio al dar clases en aulas con pizarrones desgastados, aulas con lámina de asbesto y repletas con 40 o 50 alumnos, sin tomar en cuenta que tiene que estarse actualizando y gastando de su propia bolsa, ya que los programas de asistencia magisterial, solo son de relumbrón.

Por eso y más razones, el maestro no tiene ánimos para celebrar una opaca fiesta; con alimentos aportados por la cooperativa escolar, rifas con regalos de 30 pesos, un sonido de segunda, y una celebración acompañada por refrescos y vinos regalados por las autoridades.

Así que ya lo sabe, este 15 de mayo los maestros mexicanos, al menos la mayoría, no tienen nada que celebrar.

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