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Armando Ortiz / En el 2013 recibí por parte del Club de Periodistas de México el Premio Nacional de Periodismo por una serie de artículos y reportajes publicados en 2012 sobre el tráfico de influencias y el conflicto de intereses que se daba en la Secretaría de Turismo que en ese entonces presidía Leticia Perlasca Núñez.
El caso se puede resumir en pocas palabras: Leticia Perlasca, siendo secretaria de esta dependencia, otorgaba contratos millonarios a las empresas que fundó y comandó su pareja sentimental, la señora Mónica Camarena; las empresas se llamaban La Fábrica TV y Kinemanía.
La denuncia periodística la estuve sustentando con testimonios de empleados y exempleados y con documentos internos; las anomalías surgían por todos lados, pero faltaba contundencia. Después de varios reportajes (el seguimiento duró casi un año) me hicieron llegar de manera anónima un estado de cuenta del banco HSBC, de una tarjeta de crédito cuyo número de cuenta estaba a nombre de la titular Mónica Camarena Crespo (empleada de la Secretaría de Turismo) y una tarjeta adicional que estaba a nombre de Leticia Perlasca Núñez (secretaría de Turismo de Veracruz). Lo relevante, además de descubrir que las dos compartían cuenta bancaria, fue la dirección que compartían, Av. Manuel Ávila Camacho # 23. Zona centro. Era la misma dirección fiscal de las empresas La Fábrica TV y Kinemanía. Todo estaba documentado.
No sé si por este reportaje o por otras razones, pero Leticia Perlasca dejó la Secretaría de Turismo. Meses después me decía un amigo: “Le hiciste un favor a Perlasca, ya está en Difusión del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia)”. Entonces le pregunté: “¿Qué es lo que administra el INAH?”. No me supo contestar. Entonces le dije: “Ruinas, una mujer arruinada lógico que iba a terminar en el INAH”.
Toda esta historia viene al caso porque de buena fuente nos hemos enterado que la señora Leticia Perlasca Núñez anda rondando la casa de campaña del candidato del PRI, Héctor Yunes Landa. Algunos dicen que “no sale de ahí”. Otros nos informan que lo ha estado buscando, desconocemos si se ha entrevistado con él. Pero llama la atención que Elena Fiorenzano, quien fuera enlace de Prensa de Leticia Perlasca en Turismo, ya manda invitaciones a desayunos a nombre de Héctor Yunes.
Como dato adicional Perlasca estuvo presente en el desayuno que el candidato del PRI organizó con periodistas. Seguro ahí escuchó que Héctor Yunes dijo que revisará los antecedentes de aquellos que quieran estar en su gabinete. Se sabe de buena fuente que Leticia Perlasca le ha estado mostrando los “grandes proyectos” a Héctor Yunes, proyectos que requerirían un gran presupuesto; por supuesto, con sus antecedentes, la mayor parte de ese presupuesto terminarían sus manos o en manos de su pareja sentimental.
Cuentan que cuando Héctor Yunes no las traía todas consigo, cuando estaba siendo relegado por el gobierno de Javier Duarte, por órdenes directas de Fidel Herrera (cabe recordar que Héctor disputó la candidatura a Duarte), acudió a pedir un favor a Leticia Perlasca. Ella no se dejaba encontrar, pero cuando se entrevistaron Perlasca le dijo: “Entiende mi posición Héctor”.
Es obvio que Leticia Perlasca, a quien debieron fincarle responsabilidades por su actuar en la Secretaría de Turismo, quiere regresar a Veracruz en caso de que Héctor resulte ganador de la contienda. Es obvio que la señora Perlasca no busca un puesto público para servir a la sociedad. Quedó demostrado que ella sólo busca su beneficio propio y el beneficio de los suyos.
En marzo de 2013, en la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Periodismo, Celeste Sáenz de Miera, secretaria general del Club de Periodistas, me entregó una medalla al tiempo que me decía: “Felicidades, estuvo muy bien documentado tu trabajo”.
Ya hemos anticipado que una de las debilidades de la campaña de Héctor Yunes es la cantidad de malvivientes y vividores que lo andan buscando para insertarse, para brindar sus servicios, para después cobrarlos a precio de oro.
Leticia Perlasca, como Álvaro Cándido Capetillo, como Gabriel Deantes, como Gina Domínguez, gente de la misma calidad moral, denunciados todos en este espacio, no son activos para la campaña de Héctor Yunes; antes bien lo debilitarían.
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