Duarte y sus Porkys quieren tumbar a Héctor

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Javier Duarte y Alberto Silva Ramos

Amando Ortiz / El día de hoy por la mañana me dirigía a la peluquería pues necesitaba cortarme el cabello. Cuando estoy en el centro acudo a una de esas peluquerías abajo del Parque Juárez. En el camino me encontré a tres amigos periodistas que salían de dar la bienvenida a Alberto Silva, quien acababa de tomar posesión como Coordinador de Comunicación Social en Palacio de Gobierno. Los saludé y con un poco de ironía les dije: «¿Vienen de saludar al próximo gobernador?». Lo dije porque el mismo Alberto Silva, a través de sus corifeos, ya empezó a decir que él será el bateador emergente; que en caso de que algo pase con la campaña de Héctor Yunes, Silva sería el que tomaría la estafeta.

Pensé que se iban a reír de la ridícula pretensión. Sin embargo uno de estos amigos periodistas me dijo algo que me dio escalofríos: “Mira que puede ser. Si la elección se anula como en Colima, entonces se tendría que repetir la elección, lo que significaría poner a otros candidatos”.

En ese momento me quedé pensando en los impertinentes mensajes del gobernador Javier Duarte, quien como encargado de las instituciones del estado se ha estado poniendo al tú por tú con uno de los candidatos que busca relevarlo. Sólo el imbécil de Fox hizo algo semejante. Se puso al tú por tú con Andrés Manuel López Obrador y hasta quiso desaforarlo pero antes de que empezaran las campañas para la presidencia; después se quedó callado. Siendo estrictos, lo que Javier Duarte hizo fue cometer un delito electoral al no mantenerse imparcial; más delitos de estos y los otros candidatos podrían pedir la anulación de la elección.

«Si la elección se anula como en Colima, entonces se tendría que repetir», todavía resonaba en mis oídos lo que el amigo periodista me había dicho. Entonces les dije lo que los dejó helados: «Nada más que no se les ocurra hacer lo de Colosio».

Camino a la peluquería me dije: «Estos son capaces de todo».

Javier Duarte lo ha dicho hasta el hartazgo, «Héctor Yunes no es mi candidato». Recientemente se le atribuye otra frase: «Prefiero entregarle la gubernatura a Cuitláhuac que a Héctor». No sé si sea cierta, pero no me cabe duda que es el sentir del gobernador. El caso es que Duarte y sus secuaces siguen buscando la manera de tumbar a Héctor, algo que pensamos ya se había superado. La llegada de Alberto Silva a la Coordinación de Comunicación Social no sólo tiene por objeto pegarle a Miguel Ángel Yunes Linares, sino que, según vemos, los duartistas buscarán la manera de crearle las circunstancias adversas a Héctor Yunes para que su campaña no prospere.

Después de cortarme el cabello anduve de regreso por el mismo camino. En el café Parroquia me encontré a otros amigos periodistas, me pidieron que me sentara con ellos y platicamos de cómo iban las campañas. En ese momento llegó otro periodista que había acudido a la toma de protesta de Alberto Silva. Nos dijo que en la espera de la toma de protesta a la sala de Palacio entró el “Negro” Cruz. Todos a coro lo abuchearon, pues queda pendiente la acusación de una joven que fue grabada por su hijo mientras su amigo la violaba. Cínico el “Negro” Cruz se volteó y les dio las gracias. Después de narrarnos eso nos dijo que a su parecer Alberto Silva va a ser el gobernador; “con esa deferencia lo trata Duarte”.

A qué le ha de saber a Héctor Yunes que Alberto Silva ande pagando a sus “periodistas” para que digan que él va a ser el bateador emergente; el mismo Alberto Silva que un día antes de que se tomara la decisión de quién habría de ser el precandidato del PRI a la gubernatura, tuvo el descaro de pagarle a El Universal para que sacara una encuesta en donde se ponía 10 puntos arriba de él.

Héctor Yunes debe de tener mucho cuidado. Su peor enemigo está en casa. Duarte y sus Porkys de la política quieren quitarlo a como dé lugar de la contienda.

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