Política para no iniciados

- en Opinión

Jorge Flores Martínez / En alguna ocasión recuerdo haber leído la historia de una ciudad en no recuerdo que país que se encontraba infestada por la violencia, los ciudadanos hartos de la nula respuesta de las autoridades se encontraban molestos y la autoridad simplemente estaba rebasada en su obligación de protegerlos. Se presentó un candidato que prometió combatir la delincuencia frontalmente, les decía que era importante aumentar el presupuesto de las fuerzas del orden, hacerles llegar los mejores y más modernos equipos.

Como se puede suponer el candidato ganó y aumentó el presupuesto de seguridad en 50% descuidando otras áreas de su gobierno. Pasó su administración y se encontró que la delincuencia había aumentado en un 78%.

En estas circunstancias no tardó otro candidato en decir que se había gastado mal, que el combate a la delincuencia requería inteligencia y planeación. Así que también como el anterior ganó sin mayor problema y dispuso de un aumento en el presupuesto de seguridad de un 75% más y se instalaron los más modernos sistemas de vigilancia y rastreo, las patrullas se dotaron de localizadores satelitales y todo un centro de comando que vigilaba toda la ciudad con 13, 478 cámaras las 24 horas del día los 7 días de la semana.

Pasó el periodo de su administración y los ciudadanos alarmados encontraron que la delincuencia había aumentado en 112% y sus vidas eran prácticamente imposibles. Balaceras entre pandillas rivales, robos, extorciones y secuestros a la orden del día.

En estas circunstancias llegó otro candidato y les aseguró que se requería de aún mejores y más costosos equipos, que no todo eran patrullas e inteligencia, se requería de logística y armamento mayor; tanquetas, granadas y helicópteros para vigilancia área con capacidad de visión nocturna. Como es de esperarse ganó prácticamente por aclamación.

Pasó su administración y la violencia se encontraba mas allá de lo tolerable, asesinatos a plena luz del día, cuerpos tirados en las principales vialidades de la ciudad, secuestro de menores, desaparición de personas, elementos de la fuerzas del orden coludidos con la delincuencia y la ciudad con su presupuesto enteramente dedicado a la seguridad y prácticamente abandonada en su sistema de salud, educación e infraestructura.

Es así, que después de encontrar ya vacías las arcas de la ciudad, que le dieron oportunidad no al candidato que proponía mayor gasto en seguridad, sino al que les prometió encauzar el presupuesto por prioridades, atendiendo a resolver los problemas y nunca sus manifestaciones. Encontró que la delincuencia se alimentaba de los jóvenes, así que decidió dedicar parte importante de su presupuesto a atender sus necesidades, mejores escuelas, más espacios para el deporte, áreas para su expresión cultural y recreación.

Habló con los maestros y acordaron dar marcación personal aquellos estudiantes que estuvieran en situación critica de deserción escolar. Cada maestro se encargó de 5 alumnos, les hablaban a su casa para despertarlos, en caso necesario pasaban por ellos para llevarlos a la escuela.

También no perdió oportunidad de hablar con otros profesionistas; médicos, abogados o empresarios para que constantemente les explicaran la importancia del estudio y de la escuela. Los médicos les hablaron del peligro del uso de las drogas y los abogados de las Leyes y sus consecuencias, otros les hablaron de la posibilidad de ser útiles a la sociedad, de la riqueza y el valor de la vida humana.

Pasaron los años de su administración y el presupuesto en seguridad disminuyo en un 75 %, regresando a niveles anteriores a la gran espiral de la violencia, la delincuencia había disminuido a niveles muy por debajo a los observados en varias décadas. El presupuesto ahora si se pudo destinar a cubrir las necesidades desatendidas durante tanto tiempo y poco a poco la ciudad fue cobrando la luz que la delincuencia se encargo de apagar durante años.

Reconozco que esta historia es un fastidio por lo simplista que hace ver el problema que existe en nuestro estado y nunca sería mi intención resultar obvio o reducido, lo que quiero resaltar es la importancia de detectar cuál es el problema y cuál es su manifestación. La violencia que sufrimos en Veracruz es la manifestación de una serie de problemas desatendidos por muchos años, a los que intentamos combatir atacando sus manifestaciones, es como si creyéramos que si nos sonamos mucho los mocos se nos quita la gripe y por desgracia una gripe no es mortal, pero mal atendida puede conducir a una pulmonía.

El otro punto que quiero destacar de esta simplista historia, es que cualquier solución pasa obligadamente por la participación ciudadana. Es un problema tan grave que no es posible dejarlo solo en manos de nuestros peores elementos, estamos obligados a participar desde acciones tan simples como castigar con nuestro voto al gobierno inepto y vigilar que las elecciones sean limpias, reconocer el trabajo de los que están participando activamente y sobre todo, ser consientes que debemos construir una sociedad mas igualitaria, donde todos sin excepción cuenten con las mismas oportunidades en la vida.

No me gustaría terminar sin destacar que esta historia también nos permite en su alcance reducido, considerar otros problemas que nos lastiman como sociedad, pienso como ejercicio en el problema de la corrupción gubernamental, estoy convencido que nuestros gobernantes son tan solo la manifestación del problema, las causas deben estar por ahí, cubiertas en el grueso manto de la impunidad y en la falta casi sistemática de la aplicación de la ley.

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