Caso el Chichi; en Veracruz los muertos vuelven para rendir cuentas con la justicia

LápidaSi detienen a un jefe plaza de cualquier organización criminal, lo menos que puede uno hacer como representante de gobierno es anunciarlo, pues se supone que la captura de un capo es una victoria para todos los gobiernos que se dicen democráticos. Eso fue lo que sucedió en Veracruz con la captura de Josele Márquez, el Chichi, del cártel de los Zetas en nuestro estado, así que, como es normal en el góber, el anuncio lo realiza a través de su cuenta oficial de Twitter: «Fue detenido el peligroso criminal Josele Márquez (a) el Chichi, jefe de plaza de los zetas en Veracruz». Hasta aquí todo bien: felicitaciones a las instituciones de seguridad por tan importante logro, discursos sobre el Estado de Derecho que guarda nuestro estado, un reconocimiento especial a la policía mejor capacitada en todo el país, que todos los día ve por la seguridad de los veracruzanos, y por qué no, agradecer a un importante funcionario por el apoyo brindado para la captura de tan peligroso criminal. Sólo que escapa un pequeño detalle. En agosto de 2015, José Márquez Balderas (o Josele Márquez) fue ejecutado en el bar La Taberna de la ciudad de Orizaba junto a otras cuatro personas, entre ellas el reportero Juan Heriberto Santos Cabrera, hecho que todos recuerdan por estar reciente la muerte de Rubén Espinosa y la lupa de la prensa internacional estaba puesta en Veracruz. De una cosa se debe estar seguro, o hay una intensión sistemática de mentir por parte del Gobierno estatal a través de los boletines oficiales, o en Veracruz los muertos pueden regresar a rendir cuentas con la justicia.

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