¿Kate, la culpable?

- en Opinión

Luis Ramírez Baqueiro /  

“Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad.” – Confucio.

Por increíble que parezca ahora resulta que la actriz mexicana Kate del Castillo es más mala que el mismo demonio y forma ahora parte del selecto club de personalidades que besaron al mismo diablo.

Pero vayamos por partes, lo que las autoridades mexicanas no admiten tras la detención del prófugo más buscado del mundo, Joaquín Archibaldo Guzmán Loera alías “El Chapo” es que no pudieron dar con el antes que cualquier hijo de vecina lo ubicara, demostrando que cuando hablan de eso de los servicios de inteligencia, pues son más producto de la imaginación que de otra cosa.

La posibilidad que tiene el estado de escuchar, intervenir, rastrear llamadas o comunicaciones se sobre puso, a que una joven actriz, emigrará a Estados Unidos y desde allá contactará para un proyecto fílmico o periodístico al “Capo di tutti capi” y con ello le pretendan ahora cargar todas las pulgas al perro.

Más grave a un, cuando en el ejercicio pleno de una libertad como lo es la de expresión se comience a intentar coartar la libertad de alguien para el desarrollo de una actividad informativa, queriendo primero que otra cosa, enlodar su nombre y su prestigio, solo porque en algún momento, existieron diferencias personales con algún personaje cercano al círculo presidencial.

Y es que el fondo de todo este arguende, no es más que el recelo y el odio de una primera dama exhibida por las tropelías que da la fama o una posición y que ahora tras un proyecto fílmico sería exhibida en un rol que no tiene y no puede si quiera esperar alcanzar.

Ahí la razón de la saña con la que ahora se pretende acusar a la actriz mexicana, según información publicada en la página de Internet Quién, Kate del Castillo interpretaría el rol de la esposa del presidente de México en la nueva serie de ficción producida por la red de televisión por internet de Netflix.

Según dicho portal, Kate dará vida a Irene Urzúa, esposa del presidente de México. El personaje es descrito como una mujer de carácter fuerte, con los pies en la tierra y con ideas propias que de un momento a otro comenzará a hacer tambalear a Palacio Nacional. Un comunicado la describe como “Una mujer capaz de hacer a un presidente, dejar a un presidente y matar a un presidente”.

“En 2016, seré la próxima Primera Dama de Mexico, en la nueva serie original de Netflix #Ingobernable #soloEnNetflix”, escribió Kate en su cuenta de Instagram junto a una foto con el fondo del logo de Netflix, sumándose así a mexicanos como Luis Gerardo Méndez, Ana de la Reguera, Poncho Herrera, Stephanie Sigman y Eiza González que han irrumpido con series producidas por esta importante red de televisión vía streaming.

Así que por más que sigan mostrando conversaciones en celular, la realidad es otra.

Lo grabe insistimos, de todo este asunto es que, ahora saber o conocer de un criminal, e intentar entrevistarlo es tanto o más delito que ser su cómplice, cuando la sociedad tiene también el derecho a conocer las opiniones de quien hasta hace unos días fuera el hombre más buscado en la tierra.

Y ojo, aquí nadie deja de lado que el personaje, es y seguirá siendo un trasgresor de la ley, pero ¿acaso alguien encarcelo, enjuicio o proceso en su momento al maestro Julio Scherer por entrevistar a Ismael El Mayo Zambada allá por abril del 2010?

La respuesta es no.

Con esto no pretendemos erigir a nadie en inocente, lo que si debemos observar es que con esta medida estaríamos sentando el precedente para coartar una libertad constitucional por el simple hecho de que la autoridad queda exhibida o no sabe hacer su chamba, y eso si es muy grave.

Al tiempo.

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