Los Yunes, los nuevos protagonistas

- en Opinión

Arturo Reyes Isidoro / El de ayer fue exactamente un acto para el que se había invitado expresamente: el del informe de actividades legislativas del senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla.

Quien asistió buscando otra cosa, un destape de candidato a la gubernatura del estado, por ejemplo, se equivocó.

Aparte de algunas líneas del contenido del mensaje que vale la pena rescatar, porque lo demás fue un recuento del trabajo realizado, lo verdaderamente destacable fue el poder de convocatoria que demostró el también presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado de la República.

La calidad y la cantidad de la asistencia –el boletín de prensa oficial habla de un aproximado de 15 mil personas, aunque un reporte de Protección Civil calculó 18 mil con todos los que ya no pudieron entrar por falta de espacio– no fue más que el reflejo de lo que ha sembrado por todo el estado el legislador, un acercamiento con todos los veracruzanos, con los alcaldes y con todos los sectores representativos, para los que ha gestionado recursos y servicios, de los que dio cuenta.

Candidato del PRI a la gubernatura va a haber hasta que haya candidato oficial. Ni antes ni después. Pero por lo pronto, como aspirante, que sí lo es, Pepe demostró músculo.

Pienso que por lo que se vio y se vivió ayer en el World Trade Center de Boca del Río, sea o no candidato porque así lo decida él, es y será un factor determinante para que triunfe su partido, si es que llega a triunfar.

Ayer se vio a un político maduro, seguro, reposado, que no necesita hacer aspavientos para decir lo que quiere decir.

Cuando legalmente mañana 1 de diciembre se inicia el último año del gobierno de la prosperidad, a juicio mío el sistema político priista ha encontrado y tiene al hombre idóneo, al líder que necesita para mantener la unidad en sus filas y el gobierno en su poder.

Por los tiempos políticos y legales que corren, con el acto de ayer, para mí, aún antes de que llegue la convención priista que elegirá candidato a la gubernatura, se inició el principio del fin del fidelismo, con su creador y figura principal viviendo ya en su exilio diplomático en Barcelona.

Ayer, ni quien lo mencionara, ni quien se acordara de él. Había surgido, ha surgido un nuevo líder en el que, como cíclicamente ocurre en determinados periodos de la historia del estado, los veracruzanos cifran sus esperanzas de que con él al estado y a ellos les va a ir no sólo bien sino mejor, aunque muchas veces se lleven una gran decepción.

Una vez más, el expresidente del Comité Directivo Estatal del PRI dejó muestras de la congruencia que lo caracteriza: a tono con el discurso que ha venido sosteniendo, definió y precisó el sello de su participación en la política.

Afirmó que la gestión pública con recursos presupuestales debe ceñirse al escrutinio público y sujetarse a principios de transparencia. “En ese contexto, seguiremos tramitando acciones presupuestales en beneficio de Veracruz, sin incurrir en actos de corrupción, ni provocar conflictos de interés. Ése deberá ser siempre el sello de mi participación”.

Y ante el propio gobernador Javier Duarte de Ochoa –quien de paso recibió el calor de los miles de simpatizantes de Pepe Yunes, quienes le aplaudieron y algunos hasta le echaron porras en forma espontánea–, no dejó de mencionar su diferencia con él, aunque siempre con respeto.

“Tenemos posiciones. Son públicas ciertas diferencias, y sin embargo, sabemos en el Partido Revolucionario Institucional convivir, coexistir y encontrar salidas, sin renunciar, sin claudicar, Pero siempre teniendo con firmeza claridad en qué es lo que vale la pena atender. Y Veracruz es el que nos llama, Veracruz es el que nos convoca”.

Ahí, en el WTC nuevamente, como el viernes en el rancho San Julián propiedad de su familia, estuvieron reunidos los aspirantes a la gubernatura: Héctor Yunes Landa, Alberto Silva Ramos, Tomás Ruiz González, Adolfo Mota Hernández y Erick Lagos Hernández.

Pero no hubo de parte de Pepe ninguna alusión directa o indirecta a su aspiración a la gubernatura, ni a la de dos ni a la de seis años, a diferencia de su homólogo Yunes Landa, quien el pasado 19 de julio al rendir también su informe en el mismo espacio se declaró listo para buscar la minigubernatura.

Al acto llegó Héctor con un pequeño grupo de simpatizantes y ahí me le acerqué para decirle y preguntarle, con la aclaración de que me podía responder o no, que tenía información de que el pasado viernes, antes de la comida en el rancho San Julián, había ido a la Casa Veracruz para reunirse a solas con el gobernador Duarte y si éste le había ofrecido su apoyo para que fuera el candidato.

“No voy a hablar del tema”, me dijo varias veces. “Yo te busco, quiero platicar contigo”, me respondió. Y luego negó insistentemente que hubiera ido a la Casa Veracruz.

En “Prosa aprisa” del sábado, que publiqué ese día excepcionalmente, apunté:

“Quizá fue la neblina que invadió el escenario de la comida en el rancho San Julián, en el municipio de Perote, lo que no dejó en claro nada respecto a la definición del futuro candidato del PRI a la gubernatura del estado.

La de ayer fue una comida de aparente unidad priista, y si bien a punto de subirse a su camioneta el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, hizo que se dieran un abrazo el gobernador Javier Duarte de Ochoa y el senador Héctor Yunes Landa, le dio las gracias al senador Pepe Yunes por la comida-reunión y le expresó un ‘felicidades’ a Héctor, en realidad, la lucha por la candidatura habrá de seguir hasta enero.

Una cosa quedó y está muy clara: el actor político de la unidad y el que es mano para la candidatura es Pepe Yunes, pero salvo que no le dejen opción de decidir y le den indicaciones de que él va, entonces se hará a un lado para esperar la candidatura a la gubernatura de seis años y apoyará al senador Héctor Yunes Landa para que vaya por la de dos, a Héctor pero a nadie de la prosperidad.

Pero a éste, el grupo en el poder, el del gobernador Javier Duarte de Ochoa, le quiere cerrar el paso a toda costa y está empeñado en no dejarlo pasar. Este grupo apoya a Pepe pero no a Héctor, y si Yunes Zorrilla decide que no va, que no le interesa por ahora, entonces está decidido a impulsar con todo a su alfil Alberto Silva Ramos, presidente del Comité Directivo Estatal del PRI”.

Ayer Pepe, no en su mensaje sino en declaración al compañero Raymundo Zúñiga de alcalorpolitico.comaclaró que todavía está en la competencia y que sigue “firme” en sus aspiraciones. “Se menciona que el presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, dejó ya la señal a favor de Héctor Yunes para que sea el candidato”, le comentó el reportero. «Desde luego que no. Primero, no da línea el presidente del partido, y segundo, el senador Héctor no necesita de línea, tiene trayectoria, liderazgo y trabajo. Sólo estamos esperando los tiempos para resolver esto», le respondió.

Coincidente con ello, en su artículo que envía todos los domingos el senador Yunes Landa, en el de ayer, que tituló “Unidad e Inclusión”, escribió: “Reitero que no hay ‘humo blanco’ aún y que debemos esperar los tiempos sin ansias y sin aspavientos; convocados a la unidad por nuestro líder nacional hoy todo se encuentra en su lugar”.

Pero advirtió: “Mis puntos de vista críticos y opiniones que cuestionen lo que en mi opinión esté mal seguirán estando en mi proceder político, porque estoy convencido de que pensar, reflexionar, debatir, criticar y proponer, no le hacen daño a un partido político” (ayer no se vio acercamiento de Héctor con Duarte y viceversa).

Dejó claro: “Mi alianza con el senador José Francisco Yunes Zorrilla está más firme que nunca y es indisoluble, sin embargo, como políticos preocupados y ocupados por el bienestar de Veracruz estamos abiertos al diálogo y buscamos sumar apoyos porque el reto es grande. Nuestro estado merece buenos candidatos, respaldados por la opinión ciudadana, la cual indudablemente se refleja en los estudios de opinión, particularmente en las encuestas. Esa es mi razón para que en su momento el PRI postule a los candidatos mejor posicionados”.

El fidelismo agoniza, la prosperidad acaba y los Yunes son los nuevos protagonistas.

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