El Congreso, un circo de simios amaestrados

evoluciónFinalmente, y como habíamos anticipado, los diputados al servicio del Ejecutivo aprobaron más deuda para Veracruz. Ellos hablan de reestructuración; ellos hablan de que aunque la medida es dolorosa resulta necesaria, pero en su mentalidad de simios amaestrados no lograron encontrar una mejor alternativa. Si desde un principio los diputados del Congreso local hubieran cuidado los gastos de las dependencias que forman el estado, entonces no hubiera habido necesidad de contratar más deuda. Ellos sólo contemplaron cómo los funcionarios duartistas se robaban el dinero; los diputados fueron testigos del saqueo y no dijeron nada. Y no dijeron nada porque el que los amaestró siempre los tuvo sometidos; en Veracruz no existe poder Legislativo. Sólo existe una jaula de monos amaestrados que levantan el dedo cuando su amo se los ordena y por esa acción reciben su buena ración de cacahuates. ¡Vaya circo que tenemos en el recinto legislativo!

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