La compañía alemana automotriz Volkswagen se encuentra en un escándalo a nivel mundial, debido a que mostraba en las inspecciones de sus automóviles diésel un nivel de emisiones de CO2 inferior al real gracias a un sensor ‘trucado’. El engaño se descubrió gracias a las investigaciones de la universidad de Virginia Occidental y de la ONG International Council of Clean Transportation que quisieron medir en 2013 las emisiones de los coches diésel en Estados Unidos y descubrieron la existencia de un software inteligente en los carros. El acto ilícito por parte de la compañía se debió a que querían ahorrar en costos en la fabricación de los vehículos. En Estados Unidos son cinco los modelos del grupo automovilístico alemán que están bajo la lupa: el Jetta, el Beetle, el Audi A3, el Golf (estos cuatro, en sus versiones de 2009 a 2015) y finalmente el Passat fabricado de 2014 a 2015. Algunos gobiernos anunciaron que van a revisar todos los modelos del grupo Volswagen que incorporan en sus motores diésel el software que ha engañado a los inspectores. Mientras tanto los representantes sindicales de la automovilística alemana emitieron un escrito en el que se muestran «espantados», «escandalizados» e «intranquilos». El comunicado asegura «no vamos a aceptar que las manipulaciones dañen la reputación de los empleados». Cómo un pequeño estudio destapó un gran escándalo que pone en entredicho la honorabilidad de una marca reconocida a nivel mundial, sin olvidar las pérdidas millonarias que sólo se podrán recuperar con los años.
El gran fraude de la Volkswagen
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