El circo

- en Opinión

Sergio Alejandro Villa / Si usted es consumidor habitual de noticias locales, seguro ya noto que la presencia y el trabajo proselitista de los partidos políticos: PAN, PRI, PRD, MC, PT y demás… va in crescendo en la entidad. Antes que nada, por salud mental no les haga mucho caso ni preste demasiada atención a los manotazos, gestos de asombro y fingida indignación, ni mucho menos al lloriqueo de sus representantes de oposición y sus estridentes declaraciones banqueteras y en ruedas de café, cuando descubren el hilo negro de que el gobierno próspero y por ende, que nosotros como ciudadanos no tenemos futuro más allá del 2016. No se inquiete. Es su chamba.

Pues muy aparte que ya son los tiempos que marca el reloj electoral, es una rutina circense que tienen bien ensayada desde por lo menos hace dos sexenios. Y aquí, honor a quien honor merece, el PRD rojo veracruzano se lleva la gloria y las palmas (por lo que extraña que el  Festival Internacional de Circo de Montecarlo, donde otorgan el “Payaso de Oro” a lo mejor del circo mundial, no los haya nominado). Nadie mejor que ellos y su circo político-electoral de tres pistas para presentar los mejores actos de entretenimiento militante y ciudadano como  el salto de la muerte, la doma de leones, la magia, lanzamiento de cuchillos,  ejecutados por  los mejores acróbatas, contorsionistas, equilibristas, payasos, titiriteros, ventrílocuos zanqueros, etc; singulares artistas y mercenarios políticos versados magistralmente en estos temas (Nota: no citamos a los animales, por respeto a esta especie).

En este mismo tenor, el PAN matizado de rojo no se queda atrás, pues sus últimos dos mal llamados dirigentes (El “Pipo” Vázquez de Herrera Beltrán se cuece aparte) han sido una oposición cómoda, por decir algo amable. De los demás, en el caso de los opositores, MC, PT, Frente cardenista ellos han hecho su lucha a modo para no perder el registro o para solo para obtener una rebanada del público electoral que les permita seguir gozando de sus prerrogativas económicas y electorales constitucionales.

A la distancia y tomando como referente los resultados, costos y costas  de las últimas elecciones, al igual que las opiniones, experiencias personales y  antecedentes de quienes tuvieron relación directa o indirecta con estos menesteres -en este caso, los que fueron ex candidatos, ex dirigentes municipales y parte de la estructura partidista pasada-  y de cómo les fue en la feria, más bien, en el circo en el cual se vieron inmersos, no cabe la menor duda de que en Veracruz la oposición es sólo un mito, una leyenda urbana en la cual se mezcla la realidad con la fantasía.  Igual que en lo mejores circos y sus actos circenses del mundo.

Bien lo citó un no menos ilustre priista de la vieja guardia a quien la historia ya juzgó en su justa dimensión, Don Alfonso Martínez Domínguez, al afirmar: Lo único que existe peor que el PRI es la oposición. Y en Veracruz, al menos hasta ahora, ello está más que comprobado.

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