Filiberto Vargas Rodríguez / Contrario a lo que muchos pudieran creer, Javier Duarte no está cruzado de brazos a la espera de que desde el centro le concedan la gracia de opinar o presentar una propuesta sobre su sucesor.
El Gobernador de Veracruz mantiene una constante y muy cercana comunicación con quienes dictan el rumbo del país en el ámbito político. Participa con ellos en una estrategia para desactivar los misiles panistas rumbo al 2018.
En ese eterno juego del espionaje y contraespionaje, en las más altas esferas del gobierno federal anticipan una fuerte andanada de golpes mediáticos el próximo año, con el propósito de doblegar al PRI en las elecciones estatales y abrir la ruta para derrotar a ese organismo político en la sucesión presidencial.
El tema central en los ataques al gobierno y a su partido, será el de la corrupción. Asuntos como la Casa Blanca (la de La Gaviota, no la de Estados Unidos), los turbios acuerdos con Juan Armando Hinojosa, dueño del Grupo Higa, y la colusión con el grupo OHL, serán retomados para mostrar al potencial votante la suciedad que envuelve a todos los actos del gobierno priista de Enrique Peña Nieto.
La estrategia para contrarrestar esa ofensiva azul, será exhibir las manos sucias de los panistas, no sólo durante la etapa en la que gobernaron a este país, sino incluso en la actualidad.
Se revivirán temas como el de los “moches” (esos porcentajes que piden algunos legisladores a autoridades estatales y municipales para “bajarles” recursos de la Federación), se llamará la atención sobre casos de ineptitud y corrupción de gobernadores panistas, como el de Sonora, Guillermo Padrés Elías, y se procederá penalmente contra políticos que amasaron grandes fortunas cobijados por gobiernos del PAN, como es el caso del veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares.
No, no es casual, ni producto de una “obsesión fideliana” que Javier Duarte haya mandado a sus nuevos diputados federales a litigar en los medios de circulación nacional las denuncias que existen contra Yunes Linares.
Tampoco es casual, por supuesto, que nadie del PAN haya asumido la defensa de su compañero. Hoy Yunes Linares es radioactivo y contamina a todo aquel que se le acerca.
Aunque fue Alberto Silva quien dio lectura a la petición para que la PGR agilizara las investigaciones, no se debe perder de vista que quien convocó a los medios fue el propio César Camacho, coordinador de la bancada tricolor y Presidente de la Junta de Coordinación Política. El ataque fue de los priistas veracruzanos, pero con el aval y total respaldo de toda la bancada.
A partir de esa petición la PGR reabrió el expediente y solicitó a la Secretaría de la Función Pública y a la Secretaría de Hacienda informes detallados de la evolución de las finanzas de Miguel Ángel Yunes Linares, de su esposa, Leticia Isabel Márquez, y de sus tres hijos, Miguel Ángel, Fernando y Omar.
Al hacer referencia a la injustificable fortuna de esta familia, el legislador Alberto Silva llamó la atención sobre el hecho de que durante la gestión de Yunes Linares como titular del ISSSTE, la Auditoría Superior de la Federación le encontró responsable de un daño patrimonial por 159 millones de pesos, derivado de diversos procesos de licitación para el abastecimiento de medicamentos. Coincide –dijo- con la etapa en la que Miguel Ángel Yunes Linares abrió varias cuentas en bancos de Estados Unidos.
También fue presentada una relación de las propiedades que se encuentran a nombre de Yunes Linares y su familia y que también fueron adquiridas en el periodo en que fue director del ISSSTE, o una vez terminada su gestión.
Suena lógico pensar que, si el Gobernador Javier Duarte colabora en la estrategia nacional para desactivar al PAN rumbo al 2018, con ello se esté ganando la oportunidad de opinar o sugerir en el tema de la sucesión en Veracruz.
Habrá que ver cuánto puede influir.
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