Carmen Salinas y la fábula del escorpión

- en Opinión

Armando Ortiz / La verdad es que como actriz la admiro. Muy joven tuvo un papel pequeño en la película La vida inútil de Pito Pérez, tercera versión cinematográfica de la novela homónima de José Rubén Romero, filmada por uno de mis directores preferidos, Roberto Gavaldón. Después me pareció formidable en El lugar sin límites, la versión de Ripstein basada en la novela de Pepe Donoso. En medio de esas dos tuvo un papel relevante en El rincón de las vírgenes, alternando con el “Indio” Fernández. Entre sus últimas actuaciones rescatables actuó junto a Denzel Washington en Hombre en llamas, donde interpretó a una secuestradora. Esa es la Carmen Salinas que admiro.

La de la televisión no merece, de mi parte, ningún comentario elogioso. Ha participado como vecindera en infinidad de telenovelas. En la época de talk shows de Televisa hizo un papel grotesco, patético, entrevistando seres monstruosos a los que regañaba llamando “bombos”.

No entiendo qué pinche capricho le dio por ser diputada. Dicen que se lo pidió directamente a Peña Nieto y éste, sin importarle el ridículo, la hizo diputada plurinominal, a pesar de que Carmen Salinas no tenía oficio político. Y se nota que no tiene oficio político porque como vecindera se pone a contestar con improperios a las personas que reclaman que sólo vaya a dormirse a la cámara de diputados o ande por San Lázaro sin ninguna propuesta o iniciativa. «No la hagas de a pedo porque ahorita no las tengo», contesto a un internauta que le preguntó sobre sus iniciativas. Luego pidió a sus seguidores que no la dejaran sola: «Cuando algún pendejo me quiera insultar, no me hagan sentir que estoy sola, porque hay cada pendejo».

Recientemente en la página de Change.com se empezaron a recopilar firmas para que se le quitara su diputación plurinominal. De inmediato Carmen Salinas, utilizando el lenguaje de su personaje la “Corcholata” les contestó: «Por mí se pueden meter sus firmas por el trasero o por donde más les quepa mijitos, yo estoy respaldada por mi partido, mejor pónganse a trabajar y no estén de envidiosos».

En parte Carmen Salinas tiene razón. Los que lanzaron esta iniciativa se creen que vivimos en un país democrático donde se puede poner y quitar a un legislador o gobernante a voluntad del pueblo. Pero no, lo dijo la señora que no sabe de política: «Yo estoy respaldada por mi partido». El PRI no va a desaforar a su diputada de cantina así se junten 10 millones de firmas.

Ahora bien, ¿se cree usted que Carmen Salinas es un caso especial en la imbecilidad de los partidos políticos? No. En la Cámara de Diputados, en la Cámara de Senadores, vaya, hasta en la Presidencia hemos tenido imbéciles gobernando; ¿ya se les olvidó Fox? Lo que pasa es que la Salinas se pone al tú por tú con los usuarios de las redes sociales y pues ellos se le van encima y no la van a dejar en paz mientras ella no guarde recato y se quede calladita, aunque con eso no se vea más bonita.

Pero Carmen Salinas es como el escorpión que va cruzando el río sobre el lomo de una rana. Sabe que si pica a la rana se hundirá y morirá; pero el escorpión termina picando a la rana, porque es más fuerte su instinto de escorpión, que su instinto de supervivencia. Así Carmen Salinas tiene muy vivo su instinto de liosa, de lavandera, de cantinera, de “Corcholata”; por eso no va a dejar de contestar a cada insulto que le suelten, aunque con cada contestación se hunda más y más. ¿Qué importa? Ella está acostumbrada a vivir en las cloacas.

Postdata 1: Todo nuestro apoyo a la periodista Claudia Guerrero

Alguien tiene que poner un hasta aquí al autor intelectual que está detrás de los ataques en contra de la periodista Claudia Guerrero. Sabemos que quien firma esos ataques es sólo un instrumento al que finalmente las autoridades tendrán que poner en orden. Pero otros son los autores intelectuales, esos que pagan para no dar la cara, esos que tiran la piedra y esconden la mano. Claudia Guerrero es de las pocas periodistas que tiene la protección del gobierno federal y a cómo están las cosas en Veracruz, el gobierno lo menos que quiere es que la Secretaría de Gobernación siga considerando a nuestro estado como un lugar donde es un riesgo ejercer el periodismo.

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