La lejana democracia del SNTE

- en Opinión

Luis Ortiz Ramírez / La historia del movimiento magisterial en su lucha contra el cacicazgo del SNTE y la Reforma Educativa en el estado de Veracruz está llena de ambiciones y de sustanciales diferencias al interior del movimiento. Esta situación no es única del estado de Veracruz, en estos momentos a nivel nacional predomina un vacío de liderazgos genuinos dentro de las filas del magisterio. A pesar del encarcelamiento de la corrupta Elba Esther Gordillo  y el liderazgo debilucho de Juan Díaz de la Torre, el magisterio disidente no ha sabido presionar al unísono en todo el país. El gobierno federal supo tejer finito y logro controlar  a la CNTE,  también los gobernadores locales  en sus cotos de poder cerraron filas con los seccionales del SNTE. La democratización del SNTE se ve muy lejana, en gran parte se debe a los  desacuerdos que han surgido entre los diversos contingentes de la CNTE y otras expresiones organizadas de la disidencia que  han impedido hasta ahora alcanzar una democracia urgente que le permita al SNTE adaptarse a los nuevos tiempos.

Los líderes del SNTE están  felices, celebran esta situación que les permite seguir enriqueciéndose de las cuotas sindicales. La lucha magisterial, en ocasiones romántica e idealista que los mentores han emprendido contra la Reforma Educativa  es justa y loable, sin embargo  que tan realista es  echar abajo una Reforma ya avalada y aprobada por la mayoría de los congresos locales.

La realidad es dura para las nuevas generaciones de mentores. Los nuevos maestros están entrando  a dar clases a las aulas  sin tener la certeza de una  basificación. Para los maestros de viejo cuño  la situación tampoco es mejor. La Reforma Educativa  está barriendo parejo, muchos maestros consentidos que se encontraban en su zona de confort, como ATP (Asesores Técnicos Pedagógicos), comisionados que  cobraban  sin trabajar,  ya se dieron cuenta que la evaluación es punitiva y que también les  afecta, están reconociendo que no es una reforma que tenga como objetivo mejorar la calidad de los procesos de formación, sino desmantelar la organización sindical restándole funciones y poder y lo peor de todo  eliminar  los derechos históricos de los trabajadores.

El problema es grave en vista de que en estos momentos no hay un poder de convocatoria solido ni al interior del SNTE ni  en los diferentes grupos disidentes. Algunos líderes disidentes han sido cesados por la autoridad local, otros  han sido amedrentados y coaccionados por los cuerpos de seguridad al servicio de los gobernantes. En el SNTE también hay focos rojos, hasta ahora no han sido suficientes los llamados urgentes a la unidad sindical, sus juntas son desangeladas, casi siempre son los mismos, los líderes sindicales le están apostando a las nuevas generaciones de maestros para que ellos lleguen a reforzar un sindicato antidemocrático lleno de prácticas sucias y corruptas.

Por otro lado en la disidencia también el ánimo esta por los suelos. El maestro esta desilusionado de sus propios compañeros que se quedan  callados, se quejan de su situación pero no responden a los llamados de salir a las calles a reclamar. En muchos casos les adeudan pagos pendientes como el RZ (Rezonificación), carrera magisterial, pagos de defunción, etc. Se quejan, pero solo en las redes sociales. Por tal motivo es necesario que exista un proyecto nacional donde se conjunten los mejores hombres y las mejores ideas.

El SNTE seguirá existiendo y lamentablemente muchas de sus sucias corruptelas, el contubernio con los gobernantes locales les permitirá seguir siendo los responsables de negociar el contrato colectivo de trabajo. Mientras al maestro le sigan descontando el 1% de su quincena, llegara oxígeno puro a este gigante egoísta que se niega a morir. No hay democracia  en el SNTE ni la seguirá habiendo.

Sus líderes cuentan con una estructura débil, pero en fin estructura, pueden viajar a lo largo de sus estados convocando y haciendo juntas de “unidad  sindical” o de trabajo que les permite coaccionar a los maestros nuevos que heredaron  la plaza de sus familiares que se jubilaron.

Desgraciadamente a los líderes de la  disidencia les falto  humildad  y tejer alianzas entre los diferentes grupos de inconformes, les falto visón y flexibilidad  para negociar posturas, también hubo ausencia de canales de comunicación con los padres, intelectuales, comunicadores críticos, pero sobre todo con los diferentes grupos sociales lastimados por las otras reformas (fiscal y energética). Hoy el SNTE sigue de pie, débil pero dando pasos para seguir afianzando sus propios intereses. Depende mucho del  maestro de aula que esto continúe así, es necesario  que los maestros pierdan el miedo a perder sus trabajos  o a ser sancionados por las autoridades locales y salgan a  exigir  una verdadera democracia sindical.

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