La responsabilidad de Duarte y de Pepe

- en Opinión

Arturo Reyes Isidoro /

─Riiiiing. Sí, bueno. Sí. Alfredo Tress, dirigente estatal de AVE, a sus órdenes.

─Señor, niega el diputado del PAN Domingo Bahena que los haya agarrado de tontos con una alianza con su partido. ¿Qué opina al respecto?

─¡Ja ja ja! ¡Ja ja ja! ¡Ja ja ja ja ja…!

— o —

Como si algo nos faltara, además de las multas que impone el nuevo Reglamento de Tránsito, ayer el dólar a la venta al menudeo cerró en las sucursales de Banamex a 17.10, un nuevo máximo histórico. Nuestra moneda vale menos, podemos comprar y pagar menos. Se incrementará la pobreza.

En los tres niveles de Gobierno no nos pueden castigar con más cargas fiscales. Seguramente me voy a ver alarmista pero el riesgo de un estallido social podría estar a la vuelta de la esquina.

Para colmo, en Veracruz nos agarra en el peor momento, cuando la deuda pública la están estimando en más de 80 mil millones de pesos y se debe a medio mundo, por no decir que a todo el mundo.

Dentro de lo peor, al menos ayer hubo una buena noticia por esperanzadora para los veracruzanos. Con toda la responsabilidad que lo caracteriza, pero además por la naturaleza de su encargo y de sus relaciones de alto nivel en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla por fin salió a dar públicamente la versión más completa –todo se había reducido a trascendidos en columnas políticas– del contenido de su reunión el jueves 13 con el gobernador Javier Duarte de Ochoa.

Lo primero es lo primero, oh Perogrullo, y creo que lo más importante y trascendente, que habla de la responsabilidad de los dos, de Javier y de Pepe, es que dentro de la guerra que sostienen hayan acordado un armisticio para sumar fuerzas y evitar que se desangren y que sufran quienes no tienen nada que ver con su bronca y a quienes ofrecieron representar y defender sus derechos e incluso, de una parte, lograr su prosperidad: los miles, millones de veracruzanos que ya no sienten lo duro sino lo tupido por la crisis económica que si no pueden resolverla totalmente al menos podrían frenarla e incluso atenuarla.

A mí me parece muy bien que el senador insista en que no depone su desacuerdo por la forma en que se maneja la administración pública estatal y que señale y siga señalando todo lo que está mal, que es mucho, pues da idea de firmeza de carácter contra la crítica de quienes lo ven o consideran tibio, e incluso en este espacio he destacado el hecho de que se distinga porque sea un rival digno, que habla y actúa de frente y que no abraza de frente pero apuñala por la espalda, como acaba de hacer Alfredo Tress con los panistas. Incluso su actitud crítica, de desacuerdo, dignifica la figura del político priista, pues todo político debiera actuar con responsabilidad no siendo complaciente ni aplaudiendo al más poderoso para quedar bien u obtener algo a cambio sino señalando lo que está mal para corregirlo en beneficio de la mayoría.

Pero todavía más, me parece de un hombre inteligente que sea capaz de hacer a un lado la diferencia cuando el Estado, sus representados –y de paso su causa política– lo necesitan. Mucho, pero mucho del estado desastroso que tiene postrado a Veracruz se lo debemos al exgobernador Fidel Herrera Beltrán. Su pleito personal, enfermizo, con Miguel Ángel Yunes Linares, se lo vendió a los veracruzanos a quienes dividió, lo convirtió en asunto de Estado y con tal de ganar siempre no paró en gastos. El desastre está a la vista. Nunca puso a Veracruz y a los veracruzanos por encima de sus diferencias, como era su obligación. Nosotros no teníamos la culpa.

Ayer, Pepe Yunes dijo lo que todos queríamos escuchar: habló de generar “un frente común” con el gobernador y dijo que acordaron gestionar recursos ante la escasez de fondos públicos para poder pagarle a proveedores, contratistas y prestadores de servicios. Se entendió que él será el vínculo ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (no es ningún secreto que su titular es su amigo y compañero de estudios en el ITAM, lo que auguraría el éxito de sus gestiones) para diseñar un proyecto de reestructura –se supone que de la deuda– o de obtención de fondos para “redinamizar” la economía estatal. El senador expresó que ante lo complicado de la situación financiera se requiere generar acciones de diferentes órdenes, una, opino, la de él.

Como para remarcar que de todos modos eso no cambia su postura de crítica y señalamiento con el gobernador, no dejó de manifestar que Duarte tendrá que hacer un esfuerzo para “generar condiciones” que pongan orden en la administración pública estatal para corregir el déficit estructural que mes con mes se tiene, lo que genera presiones que afectan a todos los veracruzanos, y que debe cumplirse con la transparencia y la rendición de cuentas, en lo que todos estamos de acuerdo que se exija.

Que salven la situación del estado, que rescaten a Veracruz, que logren que se pague a todos a  los que se les debe, que se beneficie a la población y que luego den fin al armisticio y continúe su lucha. En mi caso personal, aparte de ciudadano y jefe de familia, como columnista me viene bien que mantengan su pleito pues me dan tema para comentar, pero sería muy egoísta si sólo pensara en el beneficio profesional que obtengo con ello.  Prefiero quedarme sin material pero que se beneficie a la mayoría, entre la que se encuentra toda mi familia.

De Duarte tiene que reconocerse que se haya despojado de la soberbia que da el poder, el ser Gobernador, y haya decidido ir, bajar al terreno de su contrincante (la reunión estaba pactada para realizarse en la ciudad de México, un terreno neutral, pero fue el propio Duarte el que de última hora la cambió para Perote), y de Pepe que haya aceptado el diálogo al que se había venido negando. A mi juicio, por la gravedad de la situación, han actuado responsablemente. No se puede jugar con el destino de un pueblo, y cuando del bien común y del beneficio colectivo se trata no puede haber vencidos ni vencedores.

Dentro de todo esto, Duarte se prepara para terminar y entregar lo mejor que pueda la administración. Pepe es uno de los que aspira a relevarlo. Ahora, en parte, en el asunto del que me ocupado líneas anteriores, Pepe ha emergido como una figura política relevante, como un político fuerte capaz de intervenir para ayudar a salvar la situación del estado, del quien el mismo gobernador de Veracruz ha expresado: “Diga lo que diga, haga lo que haga, Pepe (Yunes Zorrilla) es mi senador y es mi amigo. Yo sé que cuento con él como él sabe que cuenta conmigo”.

¿Está montado ya en el tren tricolor del rescate y ya no se bajará hasta no llevar a estación segura a todo el convoy? ¿Duarte irá de comaquinista para ayudarlo a lograr su objetivo? ¿Cómo se puede tomar ese él sabe que cuenta conmigo? ¿Qué platicaron sobre la sucesión gubernamental? ¿Aparte de su amigo y de su senador podría llegar a ser también su candidato?

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