Juan David Castilla / Xalapa, Ver. El fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, asesinado en la ciudad de México, había presentado quejas en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) e interpuesto denuncias ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) por agresiones físicas, amenazas e intimidaciones en Veracruz.
Esto lo dio a conocer la reportera Norma Trujillo, integrante del colectivo Voz Alterna, del cual también formaba parte el fotógrafo de la agencia AVC Noticias.
En rueda de prensa, desmintió los comunicados emitidos por el Gobierno de Veracruz, donde se deslinda de los hechos al haber ocurrido en el Distrito Federal y asegura que Espinosa Becerril no había interpuesto denuncias por amenazas u hostigamiento.
«Tenemos confianza de que ahora sí se va a hacer algo, se pude esclarecer su crimen porque él dejó antecedentes ante la justicia, a diferencias de otros casos, él sí acudió a instancias legales. Creemos que ahora sí hay elementos para continuar con esta búsqueda de la justicia».
En la CEDH existe la queja con folio Q-DOQ-1157/2013, presentada por el corresponsal de Proceso y Cuartoscuro en Veracruz, tras haber sido golpeado y amenazado por «policías vestidos de civil» durante el desalojo de maestros en Plaza Sebastián Lerdo de Tejada, ahora conocida como Plaza Regina Martínez, el 14 de septiembre de 2013.
En declaraciones para medios locales, nacionales e internacionales, Rubén indicó que había decidido huir de la entidad para resguardarse en otro estado de la República Mexicana.
Había sido perseguido y hostigado por parte de sujetos armados, situación que se había incrementado, a raíz de que dio cobertura y seguimiento a la «brutal» agresión contra estudiantes de la Universidad Veracruzana (UV), registrada el 5 de junio en Xalapa.
El 13 de junio arribó al DF, donde también era perseguido e intimidado, y el pasado 31 de julio fue liquidado. Su cuerpo fue encontrado en un departamento de la colonia Narvarte, junto al de Nadia Vera, integrante del Comité Universitario de Lucha, y de otras tres mujeres; todos con indicios de tortura y el tiro de gracia.