¡Duarte ya es gobernador independiente!

- en Opinión

Flavino Ríos Alvarado no es de los que va a misa todos los días a las siete de la noche en Catedral, pero ayer tanto el arzobispo Hipólito Reyes Larios como toda la Arquidiócesis de Xalapa ¡lo felicitaron! por su nuevo nombramiento como nuevo Secretario de Gobierno, «deseándole mucho éxito en el ejercicio de esta encomienda al servicio de los veracruzanos».

Mediante boletín de prensa que envió el vocero presbítero José Manuel Suazo Reyes se destaca que «tiene una larga experiencia y trayectoria en la función pública, así como en el liderazgo y cualidades necesarias para desempeñar en forma digna y honrosa esta distinción y reconocimiento que ha recibido; nos auguramos que pueda ejercer con éxito esta responsabilidad».

He hecho memoria y no recuerdo un recibimiento tal de la cúpula religiosa católica para con un civil funcionario priista de gobierno. Ni siquiera para con un gobernador. ¿El candidato de la Iglesia para la de dos? Flavino llega, pues, con toda la bendición de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, in saecula saeculorum. Tendrá que ir a misa a diario.)

Pues sí, como dijera Ripley, aunque no lo crea: en este rebumbio que generó el destape de Gerardo Buganza como aspirante a una candidatura independiente al Gobierno del Estado, Javier Duarte aprovechó para convertirse en ¡gobernador constitucional independiente! (el Bronco es gobernador electo independiente).

Cosa de ver todas las facilidades que dio a su entonces Secretario de Gobierno para que tuviera una salida por la puerta grande, de enfrente, no sólo tersa sino hasta festiva pues no lo cesó, le permitió que cual torero le diera varias vueltas al ruedo del Palacio de Gobierno para que lo ovacionaran los empleados y, todavía más, le abrió la sala de conferencias de prensa de la Coordinación General de Comunicación Social para que desde ahí el cordobés leyera el texto oficial de su renuncia y despedida donde le volvió a arrimar el caballo «a las mafias de los partidos políticos» y de paso acusó a Fidel Herrera de encabezar un «PRI viejo», de «trampas», de «política oscura», de «triquiñuelas y engaño», o sea, lo llamó tramposo, oscuro, artimañoso y mentiroso.

¿Acaso Javier Duarte ignoraba el tono del mensaje que daría su hasta ese momento colaborador? ¿Institucional como fue en el Gobierno del Estado, Gerardo no le enteró de lo que iba a hacer y decir? ¿Por qué Juan Octavio Pavón le abrió las puertas y le cedió la sala oficial de los mensajes oficiales? Después de todo, si se analiza con cuidado lo que ha pasado, Javier ha jugado bien sus fichas. Primero debió haber sido el más feliz con que Buganza arremetiera contra el siempre enemigo número uno del Palacio de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares (la guerra tuitera de Alberto Silva contra éste se queda chiquita), pero en la víspera de su salida del gobierno y del poder político, desde el corazón mismo de su área de prensa permitió, autorizó que le dieran palo a su creador y ¿exprotector?, o sea, se abrió ya de Fidel, por fin se independizó de su padrino político y ahora sí ya es un gobernador independiente, al menos del tío Fide. Le acaba de decir, maestro, aquí el único que va a decidir quién quiero que me suceda soy yo.

En 1993, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari tuvo un gesto similar con su entonces Secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, a quien permitió que desde la Segob hiciera pública la carta que le había dirigido presentándole su renuncia al cargo y donde el exgobernador de Veracruz le decía: «La vida me ha enseñado que lo más importante para un ser humano y principalmente para un político es saberse retirar a tiempo», esto ante la suspicacias políticas del grupo salinista quienes vieron claras y viables las posibilidades de don Fernando de que creciera en la carrera por la candidatura a la Presidencia. Para Salinas ya le era incómodo pero no lo cesó y lo sacó por la puerta grande.)

Duarte ya no tiene nada que perder y le apuesta a ganar todo, se quita de encima a quien le vino haciendo sombra durante todo su gobierno y emerge como el hombre de poder que es y que va a tratar de hacer valer su poder para decidir su relevo jugando con dos cartas para que sea a él y a nadie más que a él a quien tengan que agradecerle –y protegerlo– si la jugada les sale. Ha enterrado, pues al fidelismo, y ha hecho surgir al duartismo. Al final de su gobierno está demostrando que ya aprendió.

Javier mostró ya sus dos cartas con las que va a jugar: una la de su partido, el PRI, en la persona del senador Héctor Yunes Landa, y otra, por si la primera no le cuaja, independiente, en la persona de su exSecretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón. Por el lado oficial del Palacio de Gobierno no se ven más opciones, además de que el tiempo está corriendo a toda velocidad, con el agregado de que con la renuncia de Buganza cualquiera otro que pretendiera convertirse en candidato tendría que presentar su dimisión ya. No se ve que nadie lo vaya a hacer.

El gobernador, ya se va viendo, está jugando con los tiempos políticos. Con diferencia de cinco días abrió su juego político. Primero, el martes 14 se destapó Buganza como aspirante independiente y luego, el domingo 15, quiso mostrar músculo con su candidato tricolor, el senador Yunes Landa. Lo hizo antes de que se vaya de vacaciones este fin de semana, pero también para decirle al centro, o para quererlo obligar a que negocien con él la sucesión.

Por lo pronto, Duarte habrá cumplido con sus gallos. Ya les prestó la plataforma de lanzamiento y ya los lanzó. Ahora queda en los aspirantes ver hasta dónde llegan o son capaces de llegar.

Algo innegable es que de aquí a que se decida la candidatura priista –la de Gerardo Buganza como independiente es la única segura hasta ahora– habrá de correr mucha agua bajo el puente y las circunstancias van a jugar. Sería un error pensar o creer que ya todo está decidido. El centro juega también. Algo innegable también es que van solos y en la punta Héctor y Pepe Yunes o Pepe Yunes y Héctor por la parte oficial.

Precisamente el sábado 18 en la columna «Templo Mayor» del diario Reforma se publicó, a propósito del destape de Buganza: «En Xalapa se comenta que detrás del hasta ayer secretario de Gobierno está el mismísimo mandatario priista Javier Duarte, quien quiere cerrarle el paso al también tricolor José Yunes, de quien se dice que es muy bien visto en Los Pinos».

Candidato del PRI lo habrá en diciembre o en enero próximos. Pero el ambiente político ya está muy caliente. De aquí hasta entonces el espectáculo está garantizado. La guerra de desgaste será terrible para los contendientes y todos sus aliados.

En medio de toda la alharaca, llama la atención que quien guarda silencio es el panista Miguel Ángel Yunes Linares, también aspirante a la gubernatura y bien posicionado en la preferencia ciudadana. Miguel va a hacer mucho ruido ahora que llegue a la Cámara de Diputados. Seguramente con documentos contra la actual administración estatal va a iniciar su propia campaña. En una de esas con su posición de combate contra la prosperidad y por carambola abona el terreno a favor de Pepe. Todo juega.

Y mientras ellos juegan, lector, fiel lector, te dejo descansar. Me voy de vacaciones y me tomo un descanso también. Nos encontraremos hasta el 3 de agosto próximo. Pásala bien y aparta tu boleto de primera fila porque los trancazos políticos van a estar buenos, mejor que lo que ahora están. Mientras piensa quién de los aspirantes es el que mejor llena tus expectativas y el que crees que se merece llegar al poder para bien de Veracruz y de todos. Bye.

Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, reescrito o distribuido sin autorización.