En una era donde reina el internet, existe una generación de adolescentes huraños e indiferentes. Las reglas las marcan los YouTubers, quienes son los gurús que dictan la manera de vestir, de hablar y hasta la forma de pensar de millones de adolescentes. Su valemadrismo desenfadado es tendencia en las redes, estos individuos cuentan con millones de seguidores, entre ellos pudieran estar nuestros propios hijos. Los padres luchamos contra el carisma de un sujeto que dice muchas tonterías, pero que éstas les fascinan a millones de adolescentes.
El peligro radica cuando estos personajes comienzan a retar a sus seguidores y ponen en riesgo la integridad física de sus seguidores. Este tipo de adicciones no solo afecta la comunicación con los padres, también se ve reflejado en el rendimiento escolar. Se ha logrado comprobar que muchos niños se duermen en las clases, porque pasaron horas por la noche pegados al celular. El problema se agrava cuando los padres tratan de reprender a estos pequeños sultanes.
No contestan, guardan silencio o muchas veces muestran un desenfado desesperante. Y si añadimos que regularmente esta adicción va acompañada de conductas violentas, los maestros y padres se encuentran limitados. Por eso, los expertos piden que los padres estén alerta de lo ven los adolescentes en las redes sociales y, sobre todo, pongan limites que verdaderamente se respeten.
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