Hortensia y Alaska

Hortencia
Feminicidio y crímenes de odio FOTO: WEB
- en Opinión

Brenda Caballero / ¡Vamos a ir a registrar al niño! ¿Qué no te mandé a avisar ayer? Sí, pero no me grites. Fueron las palabras de Hortensia a Gabriel. Acto seguido dos disparos se escucharon y Hortensia con su bebé de 9 meses en brazos cayó al piso. Dos balazos atravesaron su pecho. Poco le importó a Gabriel que ella estuviera amamantando a su propio hijo, al que quería registrar. La abuela corrió a recoger al pequeño que estaba lleno de sangre, mientras tres niños fueron testigos del brutal asesinato de su madre.

El feminicidio sucedió en la comunidad rural de El Valedor del municipio de Minatitlán. Hortensia de 26 años se había separado de Gabriel por repetidos casos de violencia y hasta había acudido al DIF de ese municipio para pedir ayuda, sin embargo fue ignorada. ¡Hoy está muerta!

No habían pasado diez días cuando fue encontrado José Luis, conocido como “Alaska Bout” quien fuera Reyna Gay 2018 del municipio de Martínez de la Torre. Su cuerpo fue hallado semidesnudo con golpes, signos de asfixia, huellas de tortura y con un alambre de púas enredado en su cuello.

El primero, un feminicidio; y el segundo, un crimen de odio; ambos han impactado no sólo al estado, sino al país. ¿Qué está sucediendo en nuestra sociedad? ¿Por qué estos casos incrementan sus terribles cifras?

Desde mi opinión, la causa principal de la violencia en todo el país se resume en una sola palabra: “impunidad”.

En México, solamente se investiga el 5 por ciento de los crímenes y se castiga a 3 de cada 100 culpables. Esto alienta a hombres a que sigan violentando a mujeres hasta matarlas, a personas que sigan cometiendo crímenes de odio por identidad de género y a que otros delitos también aumenten porque simplemente ¡No pasa nada!

Es verdad que el estado tiene que implementar acciones y medidas para prevenir, proteger y erradicar la violencia, pero también nosotros como sociedad tenemos el deber de alzar la voz y sobre todo denunciar. No debemos quedarnos indiferentes y solamente ver como huye “un Gabriel” que ha asesinado a su mujer y le ha quitado una madre a cuatro pequeños niños. La responsabilidad la tenemos todos.

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