De acuerdo con un diccionario en línea, «una victoria pírrica es aquella que se consigue con muchas pérdidas en el bando aparentemente o tácticamente vencedor, de modo que incluso tal victoria puede terminar siendo desfavorable para dicho bando». Pues al parecer eso es lo que obtuvieron los panistas en la elección del Fiscal Anticorrupción.
Se supone que para que sea legal esa elección, se debía elegir al fiscal con al menos dos tercios de los diputados presentes, es decir se necesitaban al menos 34 votos, pero el fiscal se eligió con sólo 27 votos. Ya Cuitláhuac García, gobernador electo de Veracruz dijo en un mensaje de Twitter: «Finalmente, diputados locales “yunistas” no pudieron obtener los dos tercios de los votos requeridos en la ley para aprobar el fiscal anticorrupción en Veracruz. Ante ello hicieron una intentona para dejar un fiscal “carnal” que caerá en tribunales».
Entonces, si la elección del fiscal se puede echar abajo, para qué tanto drama. Aquí los únicos que salieron ganones fueron esos diputadetes que vendieron caro su amor y su voto.
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