Uno de los grupos que más se resistía a la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República era la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago). Los gobernadores siempre se han manejado como señores feudales, sobre todo en los tiempos de Fox y de Calderón. De hecho, la Conago fue creada para eso, para hacer un contrapeso entre el Ejecutivo y los titulares de cada entidad.
Fue gracias a la Conago que el crimen organizado, los distintos cárteles, se repartieron el país. Gracias a la Conago existió Fidel Herrera, Javier Duarte, Humberto Moreira, Rodrigo Medina, César Duarte, Roberto Borge y muchos más. Ahora este club de gobernadores se pone del lado del plenipotenciario López Obrador, cuando ellos eran los que menos deseaban que AMLO llegara a la presidencia, pues conocían sus reformas, sus propuestas que perjudicaban su forma de gobernar, de hacer política, de hacer negocios, de cometer crímenes.
Ya el sólo hecho de eliminar las delegaciones federales y proponer a un solo coordinador estatal de Programas de Desarrollo es un duro golpe para los gobernadores, es restarles poder político y sobre todo económico. Al parecer se acabaron los tiempos de los señores feudales.
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