Édgar Landa Hernández / Durante los juegos olímpicos de Berlín, cuando en ese entonces era el líder Adolfo Hitler, A pesar de ser un personaje egocéntrico y sobre todo racista, (decía que la raza aria era superior a las demás) Tuvo que entregarle su medalla a un atleta negro llamado Jesse Owens, que lleno de humildad conquistó cuatro preseas doradas debido a su rendimiento atlético. Callándole la boca al líder teutón.
Cuando actuamos bajo el influjo del egoísmo el ego se manifiesta de una forma notable, Hablamos y decimos cosas como “yo hice esto por ti”, “Yo soy el mejor de todos” “cada quien que se rasque con sus propias uñas” etc. Y así un sinnúmero de frases que seguiría escribiendo.
Cuando se vive con egoísmo, no hay poder que llene el vacío existencial que se cierne sobre nosotros. Por más que se tenga dinero, propiedades y lujos, el egoísmo es el causante de apartar a las personas que nos aman y que quieren lo mejor para nosotros mismos. Hace unos días leía en los medios informativos que conocido chef internacional, con todo el éxito a sus pies, dinero, fama, sucumbía ante la vida de una manera trágica, “Se había suicidado” Quizás tenía todo lo que el mundo material puede dar, pero le faltó lo más importante, Tener a Dios en su corazón. Le hizo falta algo que jamás encontró y que fue lo que lo orilló a escapar por la puerta falsa y fue el amor hacia el mismo.
Cuando únicamente se alimenta al ego y se hace a un lado la humildad y sobre todo el gran poder del amor, no existe una plena felicidad, la alegría verdadera se ausenta de nuestro ser solo encontrando sombras a nuestro paso que nos hacen titubear y sobre todo actuar con sensatez. Nuestro principal objetivo de estar en esta bella tierra es la de evolucionar, aprender, sobre todo teniendo plena conciencia que solo estamos de paso y que nuestras obras habrán de servir para que nos recuerden o para que nos olviden.
La búsqueda obsesiva del dinero, de los lujos y sobre todo del ego no es el camino correcto para nuestra evolución, por esta razón llega el vacío, el sentimiento de culpa y aparece la depresión. A tal grado que nos molesta que a los demás les vaya bien y puedan ir creciendo poco a poco. ¡Nada nos está!
El egoísmo solo es el vehículo para pensar únicamente en nosotros mismos, no hay cabida para otro pasajero. Olvidando que venimos a amar y ser amados.
Hoy da sin condición, y lleno de humildad comparte con el que menos tiene y te darás cuenta de la enorme satisfacción que te deja sacar el ego de tu persona.
Te lo dice tu amigo de la eterna sonrisa
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