Lo que dice Krauze lo hemos repetido en LBP desde hace tiempo: ¡No al voto parejo; no a votar a lo pendejo!

En la aldea sólo escuchan la voz de alguien cuando lo consideran jefe de una tribu, como si sólo ellos pudieran ser capaces de generar ideas; así son los aldeanos. El caso es que desde hace semanas en Libertad bajo Palabra hemos estado diciendo que lo que pide López Obrador de un voto parejo, es decir, votar a lo pendejo por todos sus candidatos, es una aberración democrática. Eso mismo dice Krauze al hacer historia sobre los regímenes totalitarios, gobiernos que han controlado los tres poderes del Estado, el Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Pero no se necesita ser un intelectual para generar esas ideas, con que se tenga un poco de sentido común basta. Un Congreso dominado por un solo partido significa un peligro hasta para López Obrador, a quien muchos consideran el líder más importante de este país, y un hombre honesto que se ha preparado para gobernar. Pero el poder corrompe, el poder absoluto más.

No debería pedir Andrés Manuel un voto parejo, porque eso va contra sus propios principios. No lo debería hacer porque él mismo ha necesitado que lo refrenen. ¿Por qué cree usted que tiene junto a Romo sino para que le jale la rienda, para que le ponga un freno? Sin alguien que lo contradiga en esta elección, Andrés Manuel estaría en el mismo escenario de 2006 y 2012, a punto de perder la elección.

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