El grave daño de la “encuestitis”

Encuestas
Encuestas (imagen ilustrativa) FOTO: VANGUARDIA
- en Opinión

Luis Ramírez Baqueiro / 

“La obra política más difícil es obtener la confianza antes que el éxito.” – Napoleón.

A 27 días de realizarse la jornada comicial del 1 de julio, los ciudadanos y las autoridades del Instituto Nacional Electoral (INE) no han sentado el grave daño que la fiebre por las encuestas electorales habrá de provocar en el proceso mismo y sus gravísimas consecuencias.

Y es que aun cuando ahora se vuelve obligatorio el mostrar la metodología, los costos, los nombres de quienes las mandan a ejecutar, así como una serie más de requisitos, lo que las autoridades no previeron, es que el levantamiento y resultados de la misma, puede en muchos de los casos ser truqueadas a favor o en contra de la realidad.

Ahora déjeme explicarle los por qué de esto que le comento.

Por un lado, el conflicto de interés que representa que algunos medios contraten casas encuestadoras que a su vez trabajan para algunos partidos políticos –caso concreto Buendía & Laredo con El Universal- o el caso de Reforma que cuenta con su propio equipo para la elaboración de encuestas, pero que regularmente sesga los resultados de las mismas constriñéndolas a un universo censal favorable para quien pretende vender como primer lugar de las encuestas.

El pasado 1 de junio de 2018, la periodista Irene Larraz, publicó en el portal de noticias ADN Político una interesantísima nota bajo el nombre de “#Verificado2018 Falso que AMLO iba arriba en encuestas de Reforma en 2012” https://adnpolitico.com/presidencia/2018/06/01/verificado2018-falso-que-amlo-iba-primero-en-las-encuestas-de-reforma-en-2012

Con la que el propio editor del portal advierte: Este texto forma parte de la iniciativa Verificado 2018, que busca combatir las noticias falsas con información veraz y de la que ADNPolítico forma parte.

Larraz explica que “Es falso que Andrés Manuel López Obrador haya alcanzado 45% de la intención de voto en 2012 y perdido la elección a pesar de ello, como sugiere una encuesta que circula en redes sociales, difundida por el expresidente del PAN, Gustavo Madero.”

La comunicadora advierte “En realidad, la encuesta refleja las preferencias electorales en el Distrito Federal, donde el 10 de abril de 2012 López Obrador estaba 10 puntos por delante de Enrique Peña Nieto, con 35%, y doblaba la intención de voto por Josefina Vázquez Mota, con 18%.

Y es que tras esta ola de encuestitis hace algunos días, el candidato al Senado por el PAN Gustavo Madero compartió la imagen de la encuesta y señaló en su cuenta en Twitter: “Hoy, como hace 6 años, #EncuestaREFORMA pone a @lopezobrador_ en primer lugar, no duden que esto se repita de nuevo en 2024, en su cuarta candidatura!”.

El mismo portal ADN Político apunta a que pese a contener información falsa, el tuit obtuvo más de 5,200 interacciones en Twitter.

La imagen que difundió Madero se publicó en la página 10 del informe del 31 de marzo – 2 de abril de 2012 que entregó Reforma al entonces Instituto Federal Electoral (IFE), donde se señala que ese cuadro corresponde a la intención de voto de los capitalinos.

Según refiere la reportera “Lo cierto es que el 31 de mayo de 2012, Reforma publicó en su portada una encuesta nacional en la que López Obrador se situaba con el 34% de la intención de voto en todo el país, cuatro puntos por debajo de Peña Nieto. Aunque López Obrador redujo la brecha a lo largo de la campaña, como señala el periódico, en ningún momento superó los resultados de Peña Nieto en las encuestas.”

Pero analicemos más a fondo, el asunto.

El trabajo de la reportera nos obliga a entender que comúnmente, “las encuestas son utilizadas como propaganda electoral o descalificadas cuando los resultados no se adecuan a la estrategia de un candidato.”

La misma Larranz Elorriaga advierte: López Obrador, por ejemplo, ha criticado las encuestas de Reforma en otras ocasiones, como después del primer debate, cuando Ricardo Anaya salió ganador. En esa ocasión, el candidato de Juntos Haremos Historia dijo que la encuesta estaba “cuchareada” y que “no refleja la realidad”.

O cuando, en agosto de 2016, calificó la encuesta de este mismo diario como “cuchareada”.

Sin embargo, este candidato celebró la última encuesta del diario, publicada el 30 de mayo de 2018 y en la que obtuvo el 52% de la intención de voto.

Según lo referido por López Obrador quien afirmó en su cuenta de Twitter: “La encuesta de hoy del Reforma nos obliga a redoblar esfuerzos. No aflojar el paso. Viene a la memoria aquella consigna de cuando comenzamos en Tabasco: «¡Compañero, escucha, en la hamaca no se lucha!»”.

Lo interesante de esto, es que no debemos cerrarnos a la probabilidad de que lo reflejado en las encuestas no se cumpla y le señalo el porqué.

La misma periodista independiente asegura en su trabajo que el propio “Roy Campos, director de la encuestadora Consulta Mitofsky, señala que en periodo electoral es “muy común” tratar de distraer la atención diciendo que van a fallar las encuestas.

Lo que las encuestas miden es la probabilidad de ocurrencia de los eventos. No miden ni pronostican lo que va a pasar. Hoy es muy probable que López Obrador gane, pero no hay certeza; tiene 95% de probabilidades de ganar y 5% de perder, pero hay cosas que ocurren con menos del 5% de probabilidades. Es una probabilidad baja, pero no nula”, añade.

También existe la posibilidad de que las encuestas estén captando algo mal, como la espiral del silencio o el voto de vergüenza; gente que no se atreva a decir ‘voy a votar por el PRI’ y puede que en la soledad de la urna voten por ellos. Pero también al revés: el PRI le da beca, le da programas sociales y dicen que van a votar por él, pero al final votan por Andrés Manuel”, agrega Campos señala la reportera.

Así como a nivel nacional, nos dicen una realidad que pareciera pudiera cambiar, lo mismo en Veracruz, se habrá de dar.

Y es que candidatos como el propio Cuitláhuac García Jiménez ya se dice y se advierte gobernador electo, cuando aún, ni siquiera hemos acudido a las urnas.

Más grave es cuando el mismo abanderado por Morena afirma: “No, no confío ni en el INE, ni en el OPLE, pero vamos a trabajar para que las cosas se den bien, tenemos representantes en casillas y estamos trabajando para que el PT y PES tengan presencia y pedimos a la gente que salga a votar y que no deje la boleta en blanco”.

No confío porque ya deberían estar actuando con la compra de voto porque es obvio que hay compra de votos, el gobernador está apoyando al hijo, estamos poniendo las demandas correspondientes y el árbitro que se comporte de manera imparcial”, según respondió a XEU Noticias http://www.xeu.com.mx/nota.cfm?id=969983

Así que al final del día, la única respuesta a la que debemos hacer caso, será la que se refleje en las urnas, misma que se medirá en función del número de personas que asistan a votar.

El único responsable de que una cosa distinta suceda seremos los ciudadanos informados, no los que se dejan llevar por esta gravísima circunstancia que provocará de no tomar las medidas conducentes, el hacer caso y confiarse de la “encuestitis”.

El grave riesgo de la descalificación social en un proceso legítimamente bien llevado se podría empañar por este fenómeno, que la autoridad electoral, no midió en su pleno impacto.

Al tiempo.

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