La amenaza de imponer aranceles del 25 por ciento al acero y 10 por ciento al aluminio era un arma que Donald Trump estaba utilizando para doblegar a México y Canadá y así conseguir que aceptaran sus condiciones para la firma del Tratado de Libre Comercio. Esos aranceles ya los había impuesto Trump a sus socios comerciales de Asia, haciendo una exención a la Unión Europea, Canadá y México.
Sin embargo, frustrado, el mandatario estadunidense, al ver no consiguió doblegar ni a México ni a Canadá, la mañana de este jueves 31 de mayo impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio, lo que significa un gran golpe no sólo para la economía mexicana sino también para la norteamericana, pues las empresas automotrices y de la construcción, por ejemplo, cargarán ese impuesto al consumidor.
Muchos analistas financieros señalan que con esto Donald Trump se está aplicando un harakiri, pues ya se había advertido que imponer este tipo de sanciones podría llevar a una guerra comercial que impactará en la economía norteamericana. De momento todos los mexicanos se unen, antes del Mundial, a un grito unido: «Donald Trump, la porra te saluda; ta ta ta ta ta».
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