Será interesante ver en el debate, de este domingo por la noche, si los equipos de campaña de cada candidato hicieron los ajustes correctos después de las enseñanzas que dejara el primer debate presidencial. En el caso de López Obrador se requiere más efectividad en las respuestas, aunque debe seguir con su estrategia de no dejarse enganchar por los ataques de sus contrincantes. Pero respuestas directas a las mentiras de Anaya, esas sí las deben llevar preparadas.
López Obrador sigue arriba en las encuestas y, aunque poco se le acercan, no debería confiarse en las alturas; si es posible crecer más, pues a crecer. En el debate AMLO debe cuidar la boca, debe cuidar las confrontaciones con los grupos de poder, debe cuidar apoyar a personajes que manchan su campaña.
López Obrador va como ganador en las encuestas y los misiles buscarán bajarle unos dos o tres puntos porcentuales, que en el contexto de que otro candidato también suba dos o tres puntos porcentuales, hablamos de un seis por ciento en juego. Ya lo hemos vaticinado, si Andrés Manuel López Obrador no gana las elecciones con más de 10 por ciento de ventaja, el lugar se lo cederán al que sigue vía fraude electoral.
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