Genaro Ruiz era un joven como cualquier otro, con familia y amistades que lo apreciaban. Pero cometió el “error” de grabar a unos policías de Navojoa, Sonora que lo estaban deteniendo. Por haberlos grabado, según relata uno de sus amigos, Genaro fue golpeado y llevado a una celda donde, según muestra su cuerpo, siguió siendo agredido. Genaro tenía 29 años y los mataron a golpes.
Ya después los policías dijeron que el joven se había suicidado con una cobija, más tarde dijeron que con una cuerda. Pero los familiares de Genaro no encontraron marcas de ahorcamiento, antes bien se dieron cuenta que el cadáver de Genaro estaba todo golpeado; «lo miré todo golpeado y ahí en la plancha les reclamé ¿qué no estaba ahorcado?, no se le ve marca, le faltó cuerpo para que lo dejaran de golpear», fue lo que dijo uno de sus familiares.
Así como para que la familia se quedara calmada, la policía de Navojoa pagó la caja y el entierro. Esta injusticia no puede quedar impune. La familia y la gente de Navojoa exige justicia para Genaro Ruiz y ojalá todo el país exija lo mismo.
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