Para no verse como un pendejo, Donald Trump tuvo que solicitar que, al menos, la Guardia Nacional se hiciera presente en la frontera con México. Y es que el presidente norteamericano había dicho que iba a proteger la frontera con el Ejército. Por supuesto, los asesores que le quedan le dijeron que no podía cometer semejante pendejada, que era inaudito que el Ejército de los Estados Unidos se ocupara de guardar la frontera común con un país amigo.
El mismo canciller mexicano, Luis Videgaray, solicitó que por los canales oficiales se aclarara a qué se refería el presidente Trump con eso de «proteger la frontera con el Ejército». Al parecer, para no hacer quedar como un pendejo a su presidente, el Departamento de Defensa y el Departamento de Seguridad Nacional decidieron que la Guardia Nacional respaldara a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
Por supuesto, queda claro que la Guardia Nacional no se ocupara en tareas policiacas y tampoco portaría armas, es decir, de lo que se trata es de cubrirle las espaldas a Donald Trump, que cada vez que habla pone en aprietos a su gabinete.
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