Édgar Landa Hernández / El último estirón en torno a la carrera presidencial se hace presente. Personajes políticos que emprenden en esta última fase a dar lo mejor de sí, en medio de la verborrea política y distintas artimañas para ganarse la confianza del electorado. El pueblo es el que decidirá en las urnas el próximo 2 de julio.
Después de un preámbulo turbulento en donde se sacaron a relucir sus trapitos al sol, los aspirantes a la silla presidencial continúan en dimes y diretes respecto a la honradez y capacidad de cada uno. Listas, estadísticas, y un sinfín de pruebas hacen del candidato de Morena que vaya a la alza. No así la del candidato del PAN, que poco a poco ve como la cima la ve cada vez más lejos.
Al igual que un Antonio Meade, que la fuerza de sus argumentos cada día es menor, arropado por las siglas que hoy en día va en detrimento y la mayoría, por no decir que todos ya no quieren saber más nada del otrora fuerza poderosa llamada PRI. Los independientes, por una forma de decirlo así, únicamente son relleno para dividir aún más los votos, porque no tienen ni las más mínimas posibilidades de triunfar.
En el pecado han de llevar la penitencia. En esta recta final veremos qué es lo que ofrecen cada uno de los aspirantes, si cambian de estrategia o siguen empecinados a seguir enlodando a los contrincantes, pues la gente está harta de tener siempre lo mismo, sin que se logre ver en el pueblo la tan ansiada calma que tanto nos hace falta.
Hoy corresponde a la acción sustituir a la palabra y demostrar verdaderamente el amor que se tiene a nuestro México, ayudando al que menos tiene y no ser títeres de fuerzas que influencian el caminar de este nuestro país. ¡Por un México mejor!
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