Fidel Herrera ante el espejo

Fidel
Fidel Herrera Beltrán frente al espejo FOTO: WEB

El próximo año Fidel Herrera cumplirá 70 años, eso si no se le atraviesa otro derrame cerebral. Hace 12 años, cuando tenía 58, fue gobernador de Veracruz. 58 no son pocos años, sobre todo para Fidel que desde joven gozó de muchos privilegios en la política. Se dice que Luis Echeverría al escucharlo discursar le agarró simpatía y lo empezó a apoyar; hablamos de principios de los años setentas. Desde ese entonces Fidel tuvo diversos cargos, también puestos de elección popular, fue diputado dos veces y senador de la República. A los 58 años, ya privilegiado como pocos, Fidel podía agradecer a la vida su generosidad, pero no.

Ya cerca de los 60, Fidel se convirtió en un ave de rapiña que quiso devorarlo todo. Comentan sus más cercanos colaboradores, que Fidel tomó a todas las mujeres que quiso, a las más hermosas les regaló hasta hoteles. Dicen esos excolaboradores que Fidel se dio a los excesos como nunca antes, siendo que estaba a un paso de la tercera edad. Le entró una codicia como no se había visto en un gobernante antes; la codicia es el deseo de tener lo que no te pertenece.

Al final Fidel ya es un hombre hecho, es decir deshecho. El periodista Armando Ortiz anticipó su final: «Sólo una cosa más señor Doctor, cierta noche, cuando esté solo en su habitación acérquese a un espejo, mírese fijamente a los ojos y pregúntese si está orgulloso del sujeto que ve; a lo mejor estará satisfecho, como el ave de rapiña después del banquete, pero orgulloso, le juro por esta Patria que todavía no logro entender, orgulloso nunca lo va a estar. Sólo espero que un sujeto como usted nunca nos vuelva a ocurrir en Veracruz».

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