La clase popular de bajos ingresos en la capital del estado de Veracruz tiene pocos lujos que darse, si la familia es numerosa y no alcanza para las entradas del cine, mucho menos para comprar los dichosos combos dentro de las atracadoras dulcerías de las salas de cine, prefiere quedarse en casa a ver la tele. Otros bajan al centro de la ciudad, a caminar, y dar la vuelta al parque Juárez, mismo que está lleno de globeros y vendedores de helados.
Trabajadores que se ganan unos cuantos pesos honradamente para mantener a sus familias. Es cierto que deben mejorar, en algunos casos, la higiene en su elaboración, sin embargo, la gran mayoría de los heladeros xalapeños venden sus productos limpios y a un buen precio. El tirito que se aventó la regidora Consuelo Ocampo con los heladores xalapeños, es el resultado de su falta de experiencia y sensibilidad en el trato con estos tradicionales trabajadores de la nieve.
Si baja usted al centro, pruebe los helados de vainilla que vende un viejo heladero afuera del Chedraui de Lucio, están deliciosos. Claro que no está por demás recalcar en la higiene en su preparación. Pero ante todo, hay maneras de hacerlo. No le vaya a pasar como a la regidora Consuelo Ocampo, que por no saber decir las cosas, le arruinaron su café.
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