De verdad que hay funcionarios que se siente hechos a mano; piensan que por ostentar un cargo público son merecedores de todas las atenciones. El caso de la presidenta municipal de Xico, Gloria Galván Orduña, de extracción priista, quien siente que logró la hazaña del mundo por ganar la presidencia, se puso histérica cuando se enteró que trabajadores de Sedesol realizaban una encuesta en la comunidad de Tlacuilolan sin haberle pedido permiso o avisado.
Pues resulta que la edil, de manera inmediata, giró instrucciones a los elementos policiacos para detener a los enemigos extranjeros que osaron profanar la soberanía de esta bendita tierra. Cómo es eso que no le avisaron que iban a censar a gente para beneficiarlos con el programa Veracruz Comienza Contigo. No, señor, sin la venia de la princesa de la morita y el torito de cacahuate no se mueve un papel en Xico.
Lo cierto es que hay funcionarios que olvidan que es necesario trabajar en conjunto con las autoridades federales y estatales para beneficiar a los gobernados. Es cierto que se debe formalizar el apoyo, y como muestra de cortesía se debe de tomar en cuenta a los ediles, pero de eso a detener a los censores con la policía para amedrentarlos, no cabe dentro de las funciones idílicas. Por el momento, la señora del mole xiqueño ya se ganó una bronca gratis con el Ejecutivo estatal.
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